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Locales

¿Vo Decí?

Papá Miguel les preparó el arbolito de Navidad a los socialistas de Rafaela, y les dejó un paquetito que decía “Jefe de Nodo”. Todos se abalanzaron para saber de quién era ese regalo, pero todos también quedaron con la boca abierta cuando no vieron sus nombres, sino el de Fernando Muriel. Bienvenidos a la última columna de Don Presunción. 

Los socialistas rafaelinos fueron a abrir los regalos que había en el arbolito de navidad. Natalia, Santiago, los Sebastianes y Analia, entre otros, se sentaron en ronda y no se sabe por qué pero todos querían el paquete rojo envuelto en un moño grande. Es que Papá Miguel había colocado en la tarjeta que estaba pegada en el papel de regalo una frase muy particular: “Jefe del Nodo”. Ansiosos los militantes por saber si su cara aparecería allí adentro, rompieron el envoltorio y pufff. Chau sorpresa, o mejor dicho, bienvenida sorpresa. Unos pensaron que se habían equivocado de arbolito, y que estaban sentados en el que el intendente Castellano había preparado para los miembros de su gabinete, otros que se trataba de una broma o que a Papá Miguel se les habían traspapelado los regalitos. Pero no. Efectivamente adentro del regalo de "Jefe de Nodo", estaba el retrato de Fernando Muriel. Y colorín colorado, el cuento ha terminado, o recién ha comenzado. 

 

Ni en las peores pesadillas de Natalia Enrico y sus seguidores, o sus disidentes, hubieran imaginado que un ex funcionario municipal del justicialismo iba a ocupar el máximo cargo que el gobierno socialista tiene en el departamento Castellanos. Es que no se trata del cargo en sí, que los opositores y detractores del Nodo consideran irrelevante, sino por lo que simboliza por un lado, y por lo que significa de cara al futuro por el otro. En cuanto a lo simbólico, el Ingeniero, o quien haya tomado primeramente la decisión de convocarlo a Muriel, decidió romper el círculo socialista de la ciudad integrado por las mismas caras que venían ocupando puestos claves o rotándose en los mismos, por alguien extrapartidario. Lifschitz dejó a la militancia boquiabierta, esperando quizás su oportunidad para ocupar el cargo mencionado. Y ni hablar cuando se enteraron que uno que no transpiró la camiseta colorada iba a ocupar ese puesto, es más, sino que transpiró otra camiseta, con olor a chori hace un par de años. Y eso para algunos socialistas radicalizados ya es mucho. Pero la designación de Muriel no sólo tuvo que ver con lo simbólico sino con lo que puede significar esto en un futuro. Pensemos en los jefes de nodos anteriores, y en cuál fueron sus próximos pasos. Natalia Enrico llegó a ser concejala, Omar Martinez diputado y Pablo Pinotti secretario de Estado en el gobierno provincial. Pasando en limpio, mientras sos jefe de nodo tenés que andar con el documento encima para que te reconozca la gente, pero para la estructura partidaria es una vidriera importante que luego te impulsa a cargos más relevantes. Es decir que, haciendo una lectura rápida, Fernando Muriel llegó para quedarse, y no como Jefe de Nodo, sino en algún otro cargo más importante, ya pensando quizás en el 2019. Esto en medio de un socialismo que luego de la ida de Enrico del Concejo se quedó sin figuras conocidas y parece que dentro del partido no quieren perder tiempo en tratar de hacer conocido a otro. Muriel ya cuenta con esa ventaja. Da la impresión que Fernando es el clásico candidato que puede ir en cualquier puesto y por cualquier color político, que no tiene una raigambre partidaria totalmente definida y así lo dejó ver en su gestión dentro del gabinete de Castellano. No lo van a ver cortándose las venas por Juan B. Justo ni por Estévez Boero, como tampoco lo vieron saltando por Perón y Evita. Y quizás lo que el socialismo busca es eso, cerrar la grieta partidaria y empezar a trabajar con un candidato de peso propio y al que no le puedan endilgar cosas que pasaron cuando él no estaba. "¿Yo qué tengo que ver con Binner o con Bonfatti?", podría decir Muriel. Si bien es cierto que deberá, de ahora en más, empezar a lidiar con los clásicos reclamos que el municipio le hace a la Provincia, como por ejemplo el de más policías que el intendente Castellano ya le hizo públicamente. Pero, dos años sabés como pasan, volando (en realidad para las elecciones falta mucho menos). Y dependerá mucho del respaldo del gobierno provincial que reciba Muriel, dándole todo lo que pida, para sostener una buena imagen ante la sociedad. Por lo cual, desde el ejecutivo municipal y si se quiere desde Cambiemos, no ven en Muriel un jefe de nodo nada más, sino un futuro competidor. Así que niños y niñas socialistas, lo que hay que saber es que el regalo de Papá Miguel parece que viene para quedarse por unas cuantas navidades más. 

Mi nombre, Don Presunción. Hasta Siempre.

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