Por los pasillos de Moreno 8 mucho se habla de los nuevos cambios que se avecinan en el gabinete municipal. La dura derrota electoral dejó ciertos aprendizajes que no deben perder de vista los líderes del proyecto político local si pretenden continuar gobernando la ciudad-y ganar la provincia-en el 2019.
Si bien hay cierto hermetismo en torno a los cambios que se avecinan, es probable que ocurran en los primeros días de diciembre. Mientras tanto, continúan las reuniones y los encuentros entre los miembros de “la mesa chica”, como Castellano, Vimo, Corach, Mirabella y hasta el mismo Perotti, quien tomó la voz de mando luego de los últimos resultados electorales, para armar el nuevo organigrama que será presentando en breve.
Por estos días se está analizando la necesidad de achicar una estructura que ha quedado demasiado grande, con más de 18 funcionarios entre secretarios y subsecretarios, sin mencionar al personal de gabinete, que sumaría una veintena más. Esto le representó ciertas dificultades a Castellano a la hora de conducir a un equipo de muchas voluntades, donde cada uno hace su juego según le parezca.
Si bien son varias las secretarías y subsecretarías que van a ser omitidas en el nuevo organigrama municipal, todavía es prematuro hablar de los posibles nombres. Sin embargo, en los pasillos municipales-y en otras dependencias-hay caras que delatan que ya tienen un pie afuera.
Todos los procesos de cambio son tortuosos porque es necesario tomar decisiones drásticas que son indelegables. No obstante, es destacable que hayan tomado el toro por las astas y den señales de cambio: achicar la estructura municipal, en un contexto de crecientes demandas y la inminente necesidad de dar respuestas a las promesas hechas en campaña, seguramente será visto con buenos ojos.