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Opinión

Rafaela, una ciudad cada vez más insegura

Cada vez ocurren mayores hechos de inseguridad en nuestra ciudad: lo que antes ocurría en determinadas zonas rojas del delito, hoy es moneda corriente en cualquier parte de la ciudad, a cualquier hora del día. 

Cada vez ocurren mayores hechos de inseguridad en nuestra ciudad: lo que antes ocurría en determinadas zonas rojas del delito, hoy es moneda corriente en cualquier parte de la ciudad, a cualquier hora del día. 

Es evidente la impunidad con la que se manejan los delincuentes; en lo que parece ser el mundo del revés, somos los ciudadanos comunes quienes debemos reforzar una y otra vez las medidas de seguridad para poder protegernos. Esto habla a las claras de una carencia absoluta de protección de parte de quienes tienen la obligación y la responsabilidad de proteger las vidas y los bienes de los ciudadanos: a quien constitucionalmente le compete el poder de policía, el Estado provincial encarnado en la figura del controversial Ministro de Seguridad de la Provincia, y por tanto, de la policía que se encuentra a su cargo.

La ciudad se encuentra cada vez más desprotegida y en consecuencia, los ciudadanos que en su mayoría, fuimos y somos víctimas de hechos de inseguridad. Esto tiene lugar porque no llega el amparo de las fuerzas de seguridad, una “fuerza” cada vez más debilitada ante la falta de recursos económicos y humanos para poder hacer su trabajo y ante las crecientes –y públicas- crisis internas donde los jefes de policía se suceden sin poder mostrar resultados positivos (solamente algunos recientemente), en post de combatir el delito en la ciudad.

Hace escasos días los rafaelinos oíamos con esperanza ciertos discursos promisorios donde se nos hablaba de la importancia de la prevención y de la cercanía de la policía a la gente. Nuevamente vemos que a estas palabras se las ha llevado el viento, dado que la ausencia policial en vastos sectores de la ciudad es inobjetable. 

 Muy importante es también dar a conocer, a través de los medios de la ciudad, el accionar policial así como también lo que ocurre en materia de inseguridad. En esos discursos, también escuchamos hablar de las emociones, donde la oficina de prensa de la policía sería el corazón. Lamentablemente, debemos decir que la oficina de prensa del Jefe de la Unidad V está apuntada hacia algunos medios en detrimento de otros, impidiéndole a los rafaelinos informarse libremente de lo que ocurre en la ciudad. Así las cosas, seguimos viviendo con miedo: presos en nuestros propios domicilios por reforzar una y otra vez las medidas de seguridad (que nunca alcanzan), mientras los delincuentes tienen vía libre a toda hora y en todo lugar para cometer hechos de violencia cada vez más graves. 

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