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Opinión

La GUR: una fuerza que está cerca de la gente

Ante una situación de emergencia, los rafaelinos rápidamente marcamos el 105, el teléfono de la Guardia Urbana Rafaelina (GUR). Es un hábito que se fue construyendo a partir de la confianza que este organismo fue generando desde el momento de su implementación, allá por 2006. 

En su creación, José Carusso supo transmitir el conocimiento y los valores que hacen que, 11 años más tarde esta fuerza siga consolidándose en la ciudad a base del respeto que inspira en los vecinos.

El accionar de la GUR se basa fundamentalmente en el rol de cercanía con la gente, que no sólo ve a sus efectivos recorriendo o caminando los distintos sectores de la ciudad, sino que también los ve en los diferentes eventos que se organizan o bien, en las calles durante los fines de semana. Este vínculo de cercanía es inherente al profundo sentido humano de quienes lideran este organismo, sin eso, no sería posible tamaño desafío.

Si bien la GUR fue creada por el Licenciado José Carusso, profundo conocedor de la problemática de la inseguridad, hoy por hoy es César Oviedo quien lidera esto en el día a día. Y eso no es poco decir en función del gran desafío que es hacer que los rafaelinos nos sintamos más seguros y protegidos.

Tristemente oíamos hace unos días palabras acusatorias ante este correcto accionar que viene llevando adelante la GUR por parte de su jefe, tildándolo de estar protegido por fuerzas perversas de la ciudad. Si de esto se tratase, sería impensado que bregaran por el bienestar de Rafaela en materia de seguridad. Sería impensado también que tantos rafaelinos depositaran en esta fuerza la confianza para resolver los problemas más diversos que los aquejan.

Como fuerza cercana y empática con el vecino, la GUR es a quien primero se acude para resolver las más disímiles cuestiones: desde asuntos de convivencia en la calle o entre vecinos, hasta colaborar para el esclarecimiento de elementos robados, la GUR ha sabido generar un vínculo muy estrecho entre los vecinos de la ciudad, quienes hasta por acto reflejo, acudimos en su ayuda constantemente.

Esto no hubiera sido posible si esta fuerza no contara con un estilo de conducción basado en valores y en fuerza de trabajo: nadie llamaría al 105 si inmediatamente no nos respondieran el teléfono o si llegaran con mucho tiempo de demora al lugar del hecho.

Sin embargo, todavía falta mucho por mejorar dado que la demanda se incrementa día a día, fundamentalmente cuando otras fuerzas encargadas de brindar seguridad brillan por su ausencia. No obstante, los rafaelinos seguimos depositando nuestra confianza en este organismo que, por su impecable trabajo se convirtió en el primer contacto a llamar cuando nos encontramos en situaciones problemáticas.

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