La economía argentina es un tema que está en la agenda de los medios pero del que poco se habla en relación a los favorecidos y a los perjudicados.
Para graficarlo, daremos un ejemplo. Si una persona es pobre en cuanto a recursos, podrá estudiar medicina pero no tiene la posibilidad de obtener dinero para trabajar por sus propias cuentas. Por ende, no podrá colocar efectivo en el Banco. Por esta razón, estudio medicina para aspirar a grandes sueños.
Sin embargo, aquella persona que se encuentra en la alta sociedad estudiará medicina y trabajará en ese ámbito. De esta manera, con el dinero que obtendrá de su salario, no le cambiará las cuentas (ya que pueden ser $30.000 que los posee previo a su labor). Pero le afectará al que menos tiene, ya sea por la falta de empleo o simplemente porque le cuesta el doble todo.
Una acción recomendable podría ser que todas las universidades que se encuentran en las grandes ciudades se movilizaran a las localidades y pueblos con problemas o deficiencias. Es decir, la persona que estudia debería trabajar en otro lugar que ayude a mejorar esa zona que se encuentra en problemas. Esto tiene que ver con que la gente busca trabajar en una oficina de una empresa bien posicionada y que se ubique en una metrópolis. Por este motivo debería ser diferente, se debe estudiar para trabajar con el fin mejorar todo el sistema y no solo en un punto, es decir, dedicarse a colaborar por el país.
Argentina no crece porque “los cerebros” se van a las ciudades (grandes urbes), donde no hay problemas aparentemente. Esta postura debe modificarse para que las personas puedan aportar algo a los pueblos o a una localidad con problemas, todo sea para mejorar. Quiero que lo que se estudie se utilice para mejorar lugares.
Por otra parte, me gustaría que se confeccione un billete que solo emita o cambie el Banco Central, el cual no tenga valor nominal pero que valga USD 100. La gente lo puede utilizar como ahorro pero el único que lo podría cambiar es el banco Central. La finalidad es generar dólares y ahorro en el país.
Por último, las tasas de los bancos (plazo fijo o Lebacs) tienen un detalle no menor: no permiten elegir lo que uno pretendería ganar. No nos referimos a ganar más del interés impuesto, sino de obtener menos. Es decir, si en el banco se deposita $100.000, al final del año te otorgan ese valor y $30.000 más (lo cual representaría un interés del 30%).
La sociedad debería tener la opción de elegir sólo un 3% (o el valor que desee), de interés anual. Las personas no tienen la libertad de optar por un interés u otro. Eso es para fomentar que se aumente cada vez más la tasa ya que cuanto más se paga, le conviene al que más dinero posee mientras que al otro lo desfavorece ya que obtiene muy poco. En el afán de bajar la inflación, el argentino debe tener la posibilidad de cobrar tasas menores según le convenga a la persona.