El Concejo Municipal de Rafaela comenzará a discutir en los próximos días, un proyecto de ordenanza ingresado por el Bloque JxC el pasado 27 de marzo, que prevé que todos los establecimientos gastronómicos deberán contar obligatoriamente con al menos una carta y/o menús con tipografía Braille y una impresa en Macro tipo, debiendo ser actualizadas constantemente ante la variación de precios.
El articulado del proyecto también abarca a restaurantes, bares, rotiserías, pizzerías, heladerías, y todo otro comercio cuya actividad principal sea la venta de alimentos preparados y/o bebidas con servicio de atención al público, incluyendo los autoservicios, supermercados e hipermercados que cuenten con servicio de rotisería.
De acuerdo con los fundamentos de la iniciativa, se busca suprimir “barreras que afecten el desarrollo de actividades de la vida cotidiana” de las personas no videntes.
¿Qué dicen los comerciantes?
Ante el proyecto, Rafaela Noticias consultó a Silvina Imperiale, Presidenta de la Cámara de Propietarios de Hoteles, Restaurantes, Bares, Confiterías y afines de Rafaela (CAPHREBAR), quien se mostró en disidencia con la propuesta al considerar que, de aprobarse, sería un costo que los comercios no podrán asumir, principalmente porque, al pedir que la carta o menú esté actualizado, requerirá que se reimpriman casi semanalmente, ante la constante variación de precios que atraviesa el País a causa del proceso inflacionario.
“Es inviable por el elevado costo que significa para un sector que viene de una de las peores crisis que haya atravesado como lo fue el tema de la pandemia con deudas que todavía estamos pagando” sostuvo Imperiale.
A lo que agregó “No estamos en contra de la inclusión, pero tenemos otras herramientas” como, por ejemplo, aplicaciones para celulares o incluso el propio personal que se encuentra capacitado para poder asistir a una persona no vidente.
Asimismo, refirió que, con la misma vara, deberían considerarse todas las actividades donde las personas no videntes encuentran problemas para desenvolverse normalmente, como el estado de las veredas, los semáforos con dispositivos sonoros que son muy pocos; Así como también, comercios de cualquier rubro que no están adaptados para atender a estos clientes.
Más allá de la oposición al proyecto por lo inviable de su aplicación, Imperiale refirió que tampoco hay en Rafaela imprentas que puedan brindar ese servicio a los locales que vendan comida, por lo que, un kiosco que venda sándwiches o una rotisería de barrio tendrían que imprimir sus menús en Capital Federal, donde se encuentra la mayoría de empresas dedicadas a este tipo de negocios.
Por el momento, el proyecto de los concejales de la oposición fue ingresado y deberá ser tratado en Comisión en los próximos días, donde CAPHREBAR pedirá ser escuchada como parte interesada.