Las Primeras Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del próximo domingo 16 permitirán conocer con qué candidatos cada partido se presentará a competir en los comicios generales de setiembre, en el que se pondrán en juego cinco bancas del Concejo Municipal de Rafaela. En diciembre, cuando se produzca el recambio institucional, la mitad de los integrantes del actual Concejo cumplirán sus mandatos. Germán Bottero y Miguel Destéfanis de Juntos por el Cambio; Lisandro Mársico, del Frente Progresista; Juan Senn y Brenda Vimo, del Frente de Todos. De ellos, sólo tres van por la reelección: Bottero, Senn y Mársico. Pero en los cálculos previos, sólo uno puede dar por hecho que continuará en la banca: sólo una catástrofe electoral que no entra en los cálculos de la lógica podría hacer que Senn, quien lidera la lista del oficialismo, no renueve su mandato.
De las quince listas de precandidatos a concejales que tendrá la ciudad, cinco no tendrán internas. Significa que su principal desafío será lograr los votos suficientes para superar el 1,5% del padrón que la ley electoral requiere como para que un partido supere la instancia de las PASO y pueda presentarse en las generales de septiembre. Con ese primer objetivo competirán las nóminas que encabezan Oscar Gasparotti, del partido local Podemos con la lista "La fuerza de la libertad"; Matías Monzón, de la Coalición Cívica Ari con la lista "Cambia Santa Fe"; Laura Monzón, del partido Escucharte, con la lista "Escucharte Santa Fe"; Agustina Real, del "Frente Izquierda de los Trabajadores" con la lista "Unir la Izquierda"; y Delvis Bodoira de la lista "Inspirar" dentro del partido "Viva la Libertad".
La interna más caliente
De las tres alianzas de partidos que tendrán competencia interna, sólo la de Unidos para Cambiar Santa Fe –el “frente de frentes, que reúne a los ex Juntos por el Cambio y Frente Progresista Cìvico y Social- arroja incógnitas y abre el espacio para las especulaciones políticas.
Por el lado de Juntos Hacemos, la lista de Elijo Hacer representa al oficialismo puro. La precandidatura de la profesora María Beatriz Acosta, que representa al Movimiento Evita, tiene un carácter casi testimonial. Y lo mismo sucede con la lista de Miguel "Pelé" Acosta, conocido en los barrios por su participación en programas radiales, pero que ni por asomo tiene el "poder de fuego" que concentra electoralmente la lista que encabeza Juan Senn, con todo el poder del aparato municipal detrás. La falta de equivalencias en el poderío previo hace presumir que las dos listas que compiten contra el oficialismo tendrán suerte si logran ubicar a algún candidato entre los cinco candidatos titulares del listado definitivo. Con mayor o menor entusiasmo, las tres listas confluyen en el respaldo al intendente Luis Castellano.
Muy distinto es el panorama en Unidos para Cambiar Santa Fe, donde la interna viene condimentada por varios factores. Hay tres nóminas que sobresalen entre las cinco, sea por propuestas, recursos o posibilidades a tener cuenta en el análisis previo. Primero, porque hay dos precandidatos a intendente. En ese contexto, Leonardo Viotti obtiene una clara ventaja sobre Ceferino Mondino: cuatro de las cinco listas de las PASO de Unidos respaldan al radical. Sólo el grupo que el propio Mondino configuró para darle volumen territorial a la precandidatura a gobernador de Maximiliano Pullaro apoya su postulación a intendente.
El candidato natural de Santa Fe Puede (Pullaro) a intendente era Lisandro Mársico. Pero el concejal saliente privilegió la estrategia partidaria propia. El primer objetivo de Mársico es cuidar la banca del PDP en el Concejo. Exponerse a una precandidatura a intendente para cruzarse en un mano a mano con Viotti no le interesaba a Mársico, porque podía quedarse sin el pan y sin la torta: perder la interna a intendente y perder la banca en el Concejo.
En cambio, Mársico dobló la apuesta, porque no sólo desairó a Pullaro en esa negociación previa a la inscripción de precandidaturas, sino que también desconoció a Mondino. Así, Mársico apoya a Pullaro para gobernador y a Aira para senador departamental, pero se cruza a la vereda de Viotti cuando se trata de respaldar a un precandidato a intendente.
La jugada de Mársico es la más interesante para analizar. Porque repercute en otro punto clave: la disputa por las bancas en el Concejo. Por su alto perfil en el cuerpo legislativo, donde el edil del PDP es ultraactivo y bombardea al oficialismo semana a semana, Mársico se convirtió en un referente de la oposición. Mucho más que Germán Bottero, de perfil netamente distinto, pero además limitado en sus posibilidades de sobresalir en el Concejo por su rol de presidente del cuerpo, que lo priva del voto y condiciona su uso de la palabra.
Mársico se muestra profusamente en carteles al lado de Viotti. Para el ciudadano común, la “mescolanza” es confusa: Mársico está con Viotti y con Pullaro, pero Viotti está con Bottero y Losada y Pullaro está con “Cefe” Mondino y Saione. Todos con carteles con la misma estética. En el río revuelto, el que corre serio riesgo de ahogarse es Germán Bottero. El presidente del Concejo tiene que ganar o ganar la interna si quiere sobrevivir. Si Mársico lo superara en las PASO aunque sea por un voto, por el cupo femenino pasaría al fondo de la lista, porque el segundo lugar de la nòmina para competir en septiembre quedaría reservado a su segunda en la lista, Mabel Fossatti. Toda esa especulación dando por descontado que entre las listas de Mársico y Bottero estarían los mayores votos de la categoría concejales en la interna de Unidos, análisis que no contempla las posibilidades –reales- de las nóminas restantes, que encabezan Alejandro Saione –representa al PRO, que tiene una banca en el Concejo y aspira a otra-, el socialista Matías Martínes Sella y la quinta, de Gabriel Voisard.
Las procelosas aguas internas de la oposición se agitan por otros componentes. El fin de semana pasado el radicalismo rafaelino hizo una exhibición de su músculo político en un almuerzo en el que se mostraron varios heridos del PRO que se quedaron sin ambulancia, como el caso de la exconcejala Carina Visintini. Menospreciar la capacidad de movilizar a la oposición que tiene la UCR rafaelina sería cometer un gravísimo error para cualquiera, dentro o fuera de Unidos... El otro dato a subrayar es que dentro del PRO hay quienes militan a desgano la precandidatura de Mondino. Mientras tanto, Viotti surfea entre las olas de las diferencias internas tratando de sumar sin enfrascarse en ningún duelo dialéctico con Mondino, que también entendió que el adversario no está en las urnas este domingo, sino en la pelea de fondo de septiembre. Por lo menos a nivel local.
Los que van por afuera
Por fuera de las dos grandes estructuras que buscan bancas en el Concejo, “Lalo” Bonino se postula para intendente también con dos listas de concejales, una liderada por Germán Boidi y la otra por Pablo Alderete. Bonino se referencia en Javier Milei y hace esfuerzos por forzar los límites con el mismo desparpajo del líder de La Libertad Avanza. “Lalo” focaliza su campaña en sí mismo, con propuestas que replican el estilo Milei: armas para la GUR, motosierra al presupuesto municipal, privatización del transporte público, y otras medidas igualmente radicales que generan polémica y corren por derecha al espectro opositor.
Delvis Bodoira, con el apoyo de sectores de las iglesias evangélicas principalmente y de al menos una porción del catolicismo de derechas también va por una banca en el Concejo, y de de los más dinámicos de la campaña, aunque su desempeño en las urnas está por verse. No tiene PASO en su partido, lo mismo que los precandidatos de la izquierda y que Oscar Gasparotti, que otra vez intentará superar el piso de las PASO para competir en la generales.