Por Miguel A. González
La primera reunión entre el intendente Luis Castellano y su sucesor electo, Leonardo Viotti, dejó una foto y declaraciones mutuas que cayeron muy bien en el seno de la comunidad rafaelina. Por el lado de Castellano, mostrando su voluntad de entregar un municipio ordenado y con datos transparentes; por el de Viotti destacando que el mandatario saliente fue "un gran intendente" que merece "ir por la puerta grande".
Más allá de los gestos para la superficie, son días febriles los que se viven en el Palacio Municipal. Porque la agenda apura y no da tiempos, más allá del hermetismo con que unos y otros manejan sus respectivas urgencias. Hay un tema que todo lo domina: la cuestión económica. La situación de incertidumbre que afronta el país no es menor y nada indica que los próximos meses traigan tranquilidad.
En ese contexto, Castellano ya definió que el jefe de Gabinete Marcelo Lombardo; la secretaria de Hacienda Noelia Chiapero; el fiscal Daniel Fruttero y el jefe del bloque de concejales, Juan Senn, serán los representantes del oficialismo saliente en la mesa de transición. Por el lado del intendente electo, sólo trascendieron que los primeros nombres confirmados serán los de Germán Bottero e Iván Viotti, hermano del intendente electo, que parece llamado a tener un papel protagónico en la futura gestión.
Cuando Viotti preste juramento y se acallen los ecos de la gran fiesta popular que se espera para ese día, quedarán no más de diez días para que deba afrontar el pago de los aguinaldos y casi inmediatamente después, los sueldos de diciembre. Luego de eso, vendrán dos meses en donde la recaudación, por cuestiones estacionales, baja ostensiblemente (principalmente Derecho de Registro e Inspección, que depende directamente de la actividad económica, que en los dos meses iniciales del año se reduce por la salida de vacaciones de muchos rafaelinos que dejan la ciudad para disfrutar de su descanso).
En el primer encuentro cara a cara que mantuvieron, Castellano dio garantías de que la caja municipal tiene una reserva financiera -la famosa "cuenta de inversión"- que es un reaseguro contra eventualidades extremas. ¿Qué sería una eventualidad extrema? La que sufrió Ricardo Peirone en diciembre de 2001: Peirone - de los mejores administradores del dinero público que haya tenido Rafaela- tenía constituido un "fondo anticíclico" que quedó encerrado -e inutilizado- en el infame "corralito" de Domingo Cavallo.
Con ese panorama de obligaciones por delante, Viotti no puede darse el lujo de asumir sin tener una hoja de ruta muy definida para los primeros tramos de su recorrido como intendente. "En los primeros días es fundamental que todo funcione bien: desde la recolección de residuos hasta el riego, el transporte público y los servicios a los que los rafaelinos estamos acostumbrados. Eso lo tenemos claro, no vamos a cambiar nada de un día para el otro", confió a este medio uno de los hombres más cercanos a Viotti en estas horas.
Licitaciones y algo más
¿Y por qué son fundamentales los próximos días, ya contando? Primero, porque hay dos importantísimas licitaciones sobre las cuales el Ejecutivo Municipal debe resolver. La primera es la de la obras para mejoramiento de la Terminal de Ómnibus. La puja de precios no fue tal: se presentó un sólo oferente y la adjudicación quedó en suspenso porque la oferta presentada cotizó los trabajos en 147 millones de pesos, cuando el presupuesto oficial es de 111,2 millones de pesos. La amplia diferencia entre el dinero que aportará el Gobierno nacional a través del Ministerio de Transporte y la propuesta de la empresa pone en duda que pueda adjudicarse, pues supera en largamente el 20 por ciento, el máximo límite permitido. Y más aún porque en esta licitación no hay redeterminación de precios: si se opta por adjudicarla, será el municipio el que deba poner la diferencia. Y más, porque los precios pueden dispararse en caso de una estampida inflacionaria que nadie garantiza no suceda.
Hay otra licitación, por más de doscientos millones de pesos y con un único oferente. Se trata de la contratación de los servicios de recolección especial de residuos de patio. La única oferente es la COSPAVC, una cooperativa a la que la oposición siempre miró de reojo, aunque no por las prestaciones que ofrece: en general, sobre ese servicio no hay quejas.
Para ambas licitaciones el intendente saliente quiere participar al intendente entrante. Es lógico que así suceda: será el próximo intendente quien deba hacerse cargo de las obligaciones contraídas. Lo que no quita que, antes de posar sus asentaderas en el sillón de Giménez el intendente electo ya sienta el calor que emana de sus responsabilidades. Para "revisar" -en el sentido del necesario análisis de la situación que requieren decisiones tan importantes- hay poco tiempo y Viotti todavía no presentó en sociedad a su equipo de Hacienda, a quienes deberá sentar más temprano que tarde en la mesa de la transición para que haya gente con conocimientos al tanto de la letra chica de la compleja administración municipal.
El frente sindical
El otro frente en el que Castellano quiere sentar a Viotti es el sindical. También desde la lógica que indica que los compromisos que asuma el municipio los pagará la próxima gestión. Este lunes el gobierno provincial convocó a la FESTRAM a paritarias, para comenzar a discutir la actualización de los sueldos de los municipales. El SEOM está fuera de ese juego, porque se desafilió de la FESTRAM, pero el secretario general de Rafaela, Darío Cocco, no quiere quedar atrás en la iniciativa, justo en medio de los roces con la Federación con la que acaba de romper lanzas. Si la FESTRAM lo corre por izquierda, Cocco no quedaría bien con sus afiliados locales, por lo que ya pidió que la denominada "Mesa Territorial" -que agrupa a los intendentes y presidentes comunales de las localidades cuyos trabajadores municipales están afiliados al SEOM- se reúna para definir cómo se recuperarán los salarios tras el pico inflacionario de agosto, que llegó al 12,4%. Todo indica que Leonardo Viotti también deberá sentarse cara a cara con Cocco en estos días, para ver qué cartas pinta el SEOM para la relación futura.
Y hasta aquí sólo un adelanto del boletín. Porque antes de que termine septiembre el Ejecutivo presentará un proyecto de presupuesto y ordenanza tributaria, calculado según la estructura orgánica actual. El intendente electo ya avisó que habrá muchas modificaciones, para lo cual hay tres meses de tiempo antes de que sea votado por el Concejo con su futura composición. Pero antes, Viotti continuará sentado en su banca para votar la ordenanza tributaria que marcará una pauta de la recaudación que él mismo deberá administrar: con una inflación desbocada, ¿qué porcentaje pedirá de incremento a las tasas que percibe el municipio? No corre el argumento del "atraso", porque en los últimos años fue el bloque de Juntos por el Cambio el que definió la magnitud de las actualizaciones de tasas del municipio. ¿Podría probar ahora Viotti el sabor amargo de la medicina que aplicó a la recaudación del Ejecutivo bajo la gestión Castellano? ¿O realmente hará efectivas sus promesas de campaña, con un ajuste del gasto político que le resulte tan significativo como para disimular las necesidades de caja que le aseguren seguir prestando servicios y mantener maquinarias y obras públicas con un ritmo decoroso?
Las urgencias están a la vista. Son parte de una transición que va adquiriendo distintos colores, con matices que irán viendo la luz en los próximos días.