Cada año, la juventud argentina demuestra su aguda perspicacia filosófica en competencias nacionales, desafiando el cliché de "la juventud está perdida". Este año, Victoria Varacalli, de 17 años, del Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE), se llevó el primer premio en la olimpíada del Ministerio de Educación de la Nación con un ensayo provocador sobre tecnología e inmortalidad. Mientras tanto, Violeta Albinarrate, también de 17 años, del Colegio Nacional Buenos Aires, representará al país en Finlandia con su reflexión sobre las manifestaciones en la era de la globalización.
En su trabajo, Varacalli indaga sobre la relación entre la tecnología y la inmortalidad, argumentando que la muerte impulsa la acción y que la inmortalidad humana podría postergar proyectos. Además, señala cómo la tecnología, especialmente las redes sociales, puede conducir a la inacción al distraernos de la realidad. Por otro lado, Albinarrate aborda las manifestaciones y su institucionalización en la era global, cuestionando la idea de legalidad y destacando la disparidad en la atención mediática a movimientos locales.
Ambas estudiantes elogian la experiencia en las olimpíadas, destacando la ausencia de competitividad y enfatizando el valor de la reflexión sobre el pensamiento filosófico. Su participación no solo desmitifica la idea de que la filosofía es un territorio exclusivo de los adultos, sino que también refleja la calidad educativa de la UBA y la ILSE.
Damián Canali, preparador de estudiantes para estas competiciones, destaca las dos concepciones filosóficas detrás de los certámenes, enfatizando la importancia de la reflexión y la devolución en el proceso educativo. La pasión por la filosofía, transmitida por padres y educadores, demuestra que el pensamiento crítico es una herencia valiosa.
Fuente: La Nacion