Queridos amigos periodistas, agradecidos por la tarea que realizan en bien de la sociedad. Nos sentimos todos bien, cuando desde sus notas, trabajos, entrevistas, nos transmiten el anhelo de sabernos cada día más Pueblo, es decir más cercanos, unos de otros y entre todos, los que habitamos esta tierra argentina. Ustedes nos ayudan a seguir creyendo que la unidad supera los conflictos, que nos tientan a quedar encerrados en las divisiones o enfrentamientos, que no nos dejan crecer como Pueblo, y limitan la vocación de un alma grande que tenemos de solidaridad y compromiso, gestado por la integración de culturas originarias en el encuentro con tantas mujeres y hombres, familias que llegaron a estas tierras de esperanza y vida, para comunicarse, vivir en comunión.
La vocación del periodista como pocas, nos habla, de la grandeza de conocernos mejor, de estar más en comunicación, dispuestos a escucharnos, aprendiendo los unos de los otros, y a superar las luchas internas, de los celos, las venganzas, odios que no nos dejan ser felices de verdad. Cuando ustedes comunican la verdad, ponen un grano más de arena, para que la sociedad supere las diferencias, no mediante la violencia de la imposición, o la descalificación que denigran la dignidad humana, sino a través del diálogo que ayuda a la comprensión y promueve el respeto. Esa es la cultura del “encuentro” que nos está proponiendo el Papa Francisco.
Que importante que la comunicación, ayude a derribar muros, que nos distancian, discriminan, o hacen creer a “unos superiores a otros”, y a estos “otros”, sentirse , como de la sociedad.
Ayúdennos a entender la comunicación, no solo para mirar las noticias y mantenernos informados o al día con la tecnología, sino sobretodo para ayudarnos a estar más próximos los unos de los otros. Que no miremos los diarios, veamos la Tele o entremos en internet o tengamos la nueva tecnología digital, para seguir en el aislamiento, de ; y así la vida siga corriendo sin asumirla con toda el alma y el compromiso sincero de hacernos cargo con alegría, creyendo que es posible un mundo más humano y feliz con justicia y en paz.
Que no pasemos, como nos dice el Papa Francisco, por las “calles digitales”, simplemente para creer que estamos conectados, y resulta que cada día nos sentimos más solos, aislados. Es necesario que la conexión sea capaz de realizar un verdadero encuentro, haciéndonos más prójimos, mas humanos, hasta ser capaces de ternura, mansedumbre, fidelidad; y nos haga más coherentes, es decir, ricos en humanidad. No una red de cables, sino de personas.
Que nuestra comunicación, sea como aceite perfumado para el dolor del pueblo. Que sirva para vendar heridas, para vertir sobre el Pueblo, aceite y vino que sirva como guía. Aceite que suaviza y ayuda a convivir; y vino que alegra el corazón humano. Que la comunicación de ustedes sea como una < luminosidad>, que no provenga de los trucos o de la magia, ni de efectos especiales, sino del corazón del verdadero periodista, que busca acercar a las mujeres y hombres, a no perder el asombro de la sonrisa de los niños, y seguir creyendo en la sabiduría y experiencia de los ancianos. Feliz día queridos Periodistas.
+ Luis Fernández. Obispo de la diócesis de Rafaela.