El 2025 podría ser clave para el levantamiento de las restricciones cambiarias en Argentina. Mientras el gobierno prioriza la baja de la inflación, analistas advierten sobre los retos del peso fuerte y los posibles impactos económicos.
El gobierno argentino se encuentra en un punto crucial de su política económica de cara a 2025, con la posible eliminación del cepo cambiario como uno de los eventos más esperados y analizados. Desde el inicio de la gestión de Javier Milei, se proyectó una salida de los controles de cambio, aunque este proceso fue postergado para estabilizar la economía primero. En diciembre de 2023, el dólar oficial se ajustó a $800 y se implementaron tasas de interés elevadas, mientras que el gobierno lograba frenar la emisión monetaria para controlar las expectativas inflacionarias.
En las últimas semanas, el presidente Milei ha reiterado su intención de levantar las restricciones cambiarias. De acuerdo con sus declaraciones, si la inflación de diciembre 2024 no supera el 2,5%, se implementará un esquema de reducción progresiva de las restricciones, con la posibilidad de eliminar el cepo hacia finales del año.
El peso fuerte: un desafío y una ventaja
Uno de los aspectos más controversiales de esta transición es la fortaleza del peso. Los analistas del Grupo IEB han señalado que el tipo de cambio real multilateral se ha apreciado más de un 50% desde la llegada del nuevo gobierno, un fenómeno que contrasta con la situación de Brasil, uno de los principales socios comerciales de Argentina, que ha enfrentado una fuerte devaluación. A pesar de ello, la administración de Milei sostiene que la fortaleza del peso es un signo de mayor confianza externa, con la liquidación de exportaciones y el mejoramiento de la balanza energética como factores claves.
Sin embargo, algunos sectores económicos temen que esta apreciación del peso pueda generar distorsiones en la competitividad de ciertas industrias, fenómeno conocido como "enfermedad holandesa". En este contexto, algunos empresarios piden ajustes en los marcos impositivos y laborales para nivelar el terreno y evitar que la fortaleza del peso perjudique a otros sectores productivos.
El financiamiento como clave para la eliminación del cepo
Para llevar a cabo la eliminación del cepo, el gobierno argentino calcula que necesitará entre USD 11.000 y USD 12.000 millones. Estos fondos provendrán de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de inversiones privadas. Milei ha subrayado que uno de los principales requisitos para la salida del cepo es el control de la inflación, que se espera que se ubique en torno al 2% mensual a partir de 2025.
Además, expertos de Max Capital proyectan que, bajo un ritmo de ajuste más lento, el Banco Central reducirá las tasas de interés, lo que llevaría a una mayor normalización de la economía en el transcurso del año. Para abril de 2025, la inflación mensual podría estabilizarse en torno al 1,7%, lo que abriría el camino para la completa eliminación del crawling peg y la flexibilización de las restricciones cambiarias.
El “evento disruptivo” de la salida del cepo
El Grupo IEB y otros analistas destacan que la salida del cepo podría constituir un “evento disruptivo” para la economía argentina en 2025. La principal incógnita radica en cómo se estructurará el esquema macroeconómico posterior al levantamiento de las restricciones cambiarias. En este sentido, se destaca el trilema monetario, según el cual el Banco Central no podría mantener simultáneamente un tipo de cambio fijo, un sistema de movilidad de capitales libre y una política monetaria autónoma.
Para evitar una depreciación abrupta del peso, se anticipa que el gobierno podría optar por una flotación administrada, respaldada por una mayor acumulación de reservas del Banco Central y un superávit fiscal que actúe como ancla para la economía.
El proceso de normalización podría incluir la eliminación definitiva de los controles de cambio y la unificación del mercado cambiario, aunque esto dependerá de la evolución de las reservas y los acuerdos internacionales que logre el gobierno.
En resumen, 2025 se perfila como el año en que el gobierno de Milei buscará dar el paso decisivo hacia la eliminación del cepo cambiario, aunque los desafíos que plantea la fortaleza del peso y el financiamiento necesario para sostener el proceso generan incertidumbre sobre cómo se desarrollará esta transición económica.