La economía de Brasil atraviesa un período crítico que, según especialistas, representa un importante riesgo para la Argentina en 2025. La compleja situación fiscal y de confianza del principal socio del Mercosur plantea un escenario incierto, con repercusiones en el comercio bilateral y en los mercados globales de granos.
En los últimos tres meses de 2024, el Banco Central de Brasil debió intervenir con la venta de más de 42.000 millones de dólares para contener la devaluación del real, que cerró el año como la moneda más depreciada frente al dólar (27,4%). Este fenómeno, combinado con una cosecha récord de soja y maíz, genera una presión adicional en los precios internacionales de los commodities, afectando directamente a la agroindustria argentina.
Factores detrás de la devaluación
Entre las causas de la crisis, se encuentran la desaceleración de las principales economías mundiales, particularmente de China y Estados Unidos, que afectaron la demanda de materias primas. A esto se suma un contexto interno caracterizado por una economía recalentada, bajo desempleo y crecientes dudas sobre la capacidad del gobierno de Lula da Silva para equilibrar las cuentas públicas.
El déficit fiscal alcanzó niveles históricos en noviembre de 2024, impulsado por un aumento real del gasto público del 12%, el más alto desde 2010 (exceptuando el año de la pandemia). Programas sociales como Bolsa Familia, que sextuplicó su presupuesto en cuatro años, fueron un factor clave en este incremento.
Impacto en la deuda pública y las reservas
La deuda pública brasileña se disparó a 7,2 billones de reales (1,3 billones de dólares), casi el doble del PBI argentino. Aunque la mayor parte de esta deuda está en manos de acreedores locales, su estructura presenta riesgos significativos, ya que el 43% está indexado a la tasa Selic, que se espera alcance el 15% en mayo de 2025.
Por otro lado, las reservas internacionales de Brasil, aunque robustas, sufrieron su segunda caída más pronunciada desde 2010, situándose en 329.700 millones de dólares a finales de 2024.
Perspectivas y desafíos
La reciente designación de Gabriel Galípolo al frente del Banco Central genera incertidumbre sobre la dirección de la política monetaria. Mientras tanto, el gobierno enfrenta el desafío de estabilizar la inflación y recuperar la confianza de los mercados.
Para Argentina, esta crisis representa un doble desafío: por un lado, la competencia de productos brasileños más baratos podría afectar las exportaciones nacionales; por otro, el impacto en los precios internacionales de los granos podría complicar aún más el panorama económico local.
En este contexto, la evolución de la economía brasileña será un factor determinante para la región en los próximos meses.