El Ford azul oscuro venía ganando cómodamente aquel 1 de julio de 2001 en el óvalo de Rafaela, con varios segundos de ventaja sobre su escolta. En pleno curvón Norte, mientras los hinchas se preparaban para saludarlo y la bandera a cuadros lo esperaba para su sentencia gloriosa, el motor del Falcon -que todavía era Falcon- se apagó. Con el impulso le alcanzó y sobró para llegar. Pero no era un desperfecto mecánico lo que tenía: el piloto había apagado el motor a propósito. Quería gastarle una broma a su motorista, otra leyenda del TC, Johnny De Benedictis, quien en la apertura de la temporada lo había llamado severamente al orden -insultos mediante- por haber festejado el primer triunfo del año en la base aeronaval de Punta Indio haciendo acelerar en vacío el motor ganador y sometiéndolo a un innecesario y riesgoso desgaste. "Ahora no te gasté tu motorcito", le dijo el piloto ganador al motorista que trataba de recuperar el aliento después del susto.
El piloto era Roberto "Tito" Urretavizcaya, quien este martes falleció a los 65 años, como consecuencia de las heridas que sufrió en un accidente de moto en los caminos rurales de Chacabuco, la ciudad bonaerense de la que era oriundo. Vehemente como en la pista, Tito habría entrado en un tramo de barro y la moto se "clavó", despidiéndolo y ocasionándole graves lesiones cerebrales, de las que no pudo recuperarse.
Todo el mundo del TC y del automovilismo lamenta su partida. Aunque estaba retirado del automovilismo activo, ese retiro era a medias. Desde hacía tiempo era el conductor designado para manejar los "pace car" de la ACTC cada fin de semana.
Urretavizcaya había nacido el 9 de setiembre de 1957 y su actividad deportiva comenzó en 1981 manejando un Crespi/Renault, categoría que lo vio consagrase campeón en 1982, luego dio el gran salto al TC debutando con un Chevrolet del equipo Supertap en 1986. Tres años más tarde llegaría su primera victoria en la Vuelta de San Lorenzo. Corrió con Ford y Dodge y disputó un total de 352 carreras en el TC. Logró 10 victorias, seis de ellas con Ford y cuatro con Chevrolet, subió 26 veces al podio y obtuvo 12 récords de vuelta
Su particular estilo de conducción era festejado por los aficionados, pero no solo se lucía en las pistas o los semipermanentes, “Tito” tenía una personalidad superlativa en los boxes, respondiendo siempre a cada requerimiento. Pocos logran el mote de ídolo, y“Tito” lo era.
Sin duda, dentro de sus mejores recuerdos deportivos, será recordado por ser el piloto que condujo el Torino que participó de la Misión del TC a la Antártida en el año 2012. Y aquella anécdota en Rafaela también está en la memoria de los aficionados.
