La implementación de ordeñe robotizado tiene más de 20 años de existencia en el mundo. En la actualidad hay más de 40.000 robots instalados en más de 25.000 establecimientos lecheros y ordeñan más de cinco millones de vacas diariamente. Se encuentran distribuidos en por lo menos 45 países, este tipo de tecnología se aplica tanto en rodeos que se encuentran confinados en los galpones de compost como así también en sistemas extensivos pastoriles.

Durante el 2015 el INTA Rafaela instala el primer tambo robotizado en el país, cuya principal finalidad era evaluar el Sistema de Ordeñe Voluntario (SOV), con 60 vacas en ordeñe y 32 litros diarios de producción en promedio. En el 2017 se instaló el primer tambo netamente comercial, fue en Córdoba, en la zona de Morteros, con 131 vacas en ordeñe con 31 litros diarios de producción promedio, mientras que, en el 2019, la experiencia se extendió a más de 60 robots de ordeñe en 12 tambos de la zona de Córdoba y Buenos Aires.

El sistema consiste en la incorporación de un brazo hidráulico que trabaja con cinco pezoneras, cuatro se encargan del ordeñe y una de la limpieza, estimulación y secado de pezones. Después el brazo coloca el resto de las pezoneras con la ayuda de una cámara y un láser que acomoda en forma exacta. Es importante que las vacas cuenten con una buena inserción de ubre y colocación de pezones.

Además, a los animales se le coloca un collar con un dispositivo que permite la comunicación cuando pasa en las puertas inteligentes del sistema y de acuerdo a la información cargada previamente. Una vez que la vaca es detectada, ingresa a comer y es ordeñado en forma más relajada, pero si todavía no tiene que ingresar será direccionado al lugar de alimentación.

Este tipo de sistema nos permite: mejorar el horario y forma de trabajo del personal, permite realizar 3 o más ordeñes diarios por animal dependiendo de los requerimientos de cada uno, dar una alimentación diferenciada de acuerdo al momento de lactancia, conocer datos productivos de cada vaca, así también como reproductivos (detección de celos, tiempo de preñez y tiempo de inseminación optimo) y sanitarios (presencia de mastitis y patologías podales). Podemos conocer los estados sanitarios de ubres y calidad de leche (recuento células somáticas, recuentos de bacterias totales, presencia de antibióticos o inhibidores). Los datos son volcados a un software que pueden ser observados mediante una aplicación del teléfono.

La biología y la robótica unida por la virtualidad, un nuevo paradigma que añade bienestar animal detectando tempranamente enfermedades y disminuyendo el estrés; mejora las condiciones del trabajo de los tamberos, a la vez que reduce costos y aumenta rindes y calidad de la producción. Solo resta integrarlo a la económica circular para los desechos, mejorar la infraestructura en materia de caminos y conectividad, el acceso a créditos a tasa viable, para que la lechería ingrese a la nueva revolución industrial con grandes posibilidades de éxitos. Los nuevos paradigmas son un hecho, hagámoslos realidad.