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Agroindustria

La campaña triguera será muy magra

La superficie sembrada con el cereal fue de 6,5 millones de ha, y la producción final será entre 4 y 5 millones de toneladas menor a la proyección inicial. En base al último informe, a nivel nacional la cosecha alcanza un nivel del 66,4%, con algo más de 9,3 Mtn. Se espera lograr una producción de 16,8 millones de toneladas en todo el territorio nacional. 

La campaña 2020/21 de trigo comenzó su implantación a principios de junio en el centro-norte de la provincia de Santa Fe, con un buen ritmo y excelentes perspectivas, gracias a la óptima humedad en los suelos, con una intención de siembra entre un 6 y 8% inferior a la campaña previa, que había sido de 378.000 ha. La buena disponibilidad de agua útil permitió un buen comienzo en los cultivares de ciclo largo, los primeros en incorporarse, los cuales presentaron muy buena germinación, emergencia y desarrollo, con un buen stand de plantas por unidad de superficie.  

 

La situación cambió hacia el final de la siembra, cuando se incorporaron variedades de ciclos intermedio y corto, ya que comenzaron a observarse algunos inconvenientes a partir de las condiciones climáticas existentes. Esto comenzó puntualmente en los extremos suroeste y noroeste del área de los 12 departamentos del centro-norte de la provincia de Santa Fe que releva la Bolsa de Comercio de Santa Fe a través del Sistema de Estimaciones Agrícolas, con muy baja incidencia sobre el total de lo implantado. 

 

Durante la segunda mitad de julio finalizó la siembra del cereal con un total de 348.500 ha, un 7,8% menor a la campaña 2019/2020. Allí ya se comenzaban a observar dos realidades diferentes, los trigos de ciclo largo con un óptimo inicio de ciclo, buen estado sanitario y buena respuesta a las fertilizaciones; por otro, los cultivares implantados en segunda instancia, ciclo intermedio y corto, comenzaron a evidenciar retraso en el crecimiento y una defectuosa absorción de los nutrientes aplicados en la fertilización inicial. 

 

A partir de eso la condición del cultivo se fue deteriorando, alcanzando para la segunda mitad de octubre más de la mitad de los cultivares en condiciones regulares a malas. Si bien las lluvias, finalmente, comenzaron a llegar hacia la segunda mitad de noviembre, la gran mayoría de los cultivares ya se encontraban definidos, por lo cual la situación no se revirtió. Así, la sequía se vio reflejada en dos importantes problemas productivos: una pérdida de área del 19,4% (67.550 ha) y una caída de los rindes promedio por hectárea de 48,8% respecto a la campaña pasada. La combinación de estas dos cuestiones llevó a una producción final de 492.928 toneladas, el peor registro desde que el SEA releva 12 departamentos y cortando con una evolución positiva del cultivo que se venía observando desde 2015. 

 

El rendimiento promedio para la zona fue de 17,5 qq/ha según los datos del SEA, situación que fue similar en todos los departamentos del área. Sin embargo, este dato no refleja la realidad de todos los productores, ya que los lotes más afectados directamente no pudieron cosecharse, mientras que muchos de los lotes que sí se cosecharon tuvieron rindes muy por debajo del promedio mencionado. 

 

Las estimaciones previas de campaña de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) anunciaban una siembra de trigo de 6,8 millones de hectáreas en todo el territorio nacional, con lo cual se proyectaba una producción final de 21,0 millones de toneladas.  

 

La superficie sembrada con el cereal fue de 6,5 millones de ha, y la producción final será entre 4 y 5 millones de toneladas menor a la proyección inicial. En base al último informe, a nivel nacional la cosecha alcanza un nivel del 66,4%, con algo más de 9,3 Mtn. Se espera lograr una producción de 16,8 millones de toneladas en todo el territorio nacional. 

 

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), estimó una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 53,6% para el caso del cultivo de trigo en la provincia de Santa Fe. 

 

Sólo los productores que obtuvieron rendimientos aceptables pudieron obtener márgenes positivos. Cabe destacar que la situación sería mucho peor si los precios no se encontraran en niveles tan elevados para la época. Además, aquí no se contemplaron costos de arrendamiento, dado que los mismos suelen cargarse en otros cultivos.  

 

En el caso de los productores de General Obligado, se observa que con este esquema productivo, con tecnología media-baja, sólo pudieron cubrir los costos quienes obtuvieron productividades por encima de los 12,7 quintales por hectárea. Para el ejemplo del departamento Las Colonias, el rendimiento de indiferencia se estimó en 17,1 qq/ha, produciendo con una tecnología media-alta.  

 

Ingreso Bruto  

El precio considerado en este informe parte del promedio de las cotizaciones de pizarra del Mercado de Rosario del mes de noviembre, periodo en el que se desarrolla la mayor parte de la cosecha en la zona de referencia.  

Este promedio resulta en u$s 203,6 por tonelada, el cual muestra un nivel un 20,9% mayor respecto a igual periodo del año pasado. Como contracara al aumento de precios, la merma en la productividad fue muy importante, de un 45,5% si contemplamos los promedios relevados por el SEA, y mayor aún si consideramos los otros dos escenarios planteados.  

A partir de estos datos, se estima que el ingreso bruto fue de entre u$s/ha 244,3 y u$s/ha 366,5 para el caso representativo de la zona de Las Colonias y de entre 132,3 y 305,4 dólares por hectárea para el caso de los productores del departamento del norte de la provincia. Cabe destacar que, si se compara con el informe elaborado para la campaña 2019/20 de este cultivo, los ingresos mencionados son alrededor de un 50% menores que los estimados el año pasado.  

 

Costos 

En el caso del departamento Las Colonias, con una tecnología media-alta, los costos totales fueron de u$s 348,8 por hectárea. De este total, el 74,1% corresponde a los costos de producción, de los cuales la siembra y fertilización abarca la gran mayoría. Por otro lado, el 15,4% del total de costos proviene de los costos de comercialización y el 10,5% restante corresponde a los costos de cosecha. Es importante destacar, dentro de los costos de comercialización, los altos costos de fletes y acarreo, los cuales representan más del 65% de dicha categoría. 

Por su parte, en el caso del departamento de General Obligado, los costos totales fueron de u$s/ha 259,1. En este ejemplo, los costos de producción representan una porción algo menor dentro del total, con un 64,0%, mientras que los costos de comercialización explican el 24,5% del total y la cosecha un 11,6%. Nuevamente, son destacables los costos de Siembra y Fertilización, con el 76,1% del total de los costos de producción. Además, debido a la mayor distancia a los puertos, los costos de transporte representan una porción muy importante dentro de los costos de comercialización, con más del 72% de los mismos.  

Al comparar los costos presentados aquí, con los estimados para la campaña pasada, nos encontramos con que los mismos disminuyeron un 19,7% en el caso de Las Colonias y un 25,5% para el caso de Gal. Obligado. Esto proviene, principalmente, de disminuciones en los costos de cosecha y de comercialización, que están relacionados con el nivel de producto, con lo cual la proporción de los costos de producción aumentó en alrededor de diez puntos porcentuales en cada caso. 

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