El casco histórico de la ciudad, ese sector del barrio 30 de Octubre que alberga a algunos de los sitios más emblemáticos de la ciudad, volvió a ser escenario de un hecho delictivo. La Comisión Vecinal ya alertó sobre lo que viene pasando casi diariamente, con delitos menores en la mayoría de los casos, pero que no dejan vivir a nadie.
En la madrugada de hoy el propietario de una tradicional dietética ubicada en Sarmiento y Ciudad de Esperanza fue despertado con la desgradable noticia de que tenía la vidriera de su local rota. Utilizando un bloque de cemento de importante tamaño, un individuo intentó "reventar" la puerta de blíndex del local. No pudo conseguir su objetivo, pero finalmente logró destruir un vidrio lateral y por allí ingresó al local.
Afortunadamente -y el propietario puede "agradecer" por ello- el delincuente sólo buscaba dinero y no adelgazar ni comenzar ningún plan de "vida sana": no tocó las góndolas y estanterías con productos variados que tiene la dietética, sino que se llevó sólo unos pocos pesos en billetes chicos que había en la caja. Ni desorden ni otras cosas: sólo el daño -importante, porque reemplazar ese tipo de vidrios tiene un costo- y la sensación de impotencia que le quedó al dueño.
La policía estuvo en el lugar recogiendo huellas y tomando fotografías, pero se sabe lo que sucede: pocas chances de que el autor caiga entre rejas. Hace un par de días también los delincuentes incursionaron en la misma cuadra, pero en la confitería de la esquina, con el mismo objetivo: llevarse dinero, aunque en este caso también se proveyeron de algunos postres, como para endulzar el fin de semana.