Datos certeros a los que accedió RAFAELA NOTICIAS, dan cuenta de que en el último mes se robaron más de 30 micromedidores de agua de la Empresa Aguas Santafesinas en la ciudad. Dispositivos que se hallaban ubicados en domicilios particulares distribuidos en diferentes barrios de Rafaela, tanto céntricos como de la periferia. Este "fenómeno" empezó a acentuarse en los últimos 20 días, llegando en la última semana a producirse más de 10 sustracciones. En primer lugar los ladrones empezaron a sacar los micromedidores de aquellas viviendas en las que no había moradores estables, pero últimamente la modalidad también se extendió a casas habitadas. Lo que genera por un lado, la interrupción momentánea del servicio de agua potable en las víctimas, y por otro el desperdicio de agua en la vía pública, además de un gran perjuicio para ASSA que debe reponer el medidor robado, que es importado y que cuesta unos 5 mil pesos. Ni hablar también de las horas hombre, destinadas a recorrer los domicilios para realizar los trabajos de reparación. Estas situaciones, además se dan en una época compleja para la provisión de agua potable ante la ola de calor vigente y con las dificultades de suministro que ya viene arrastrando Rafaela desde hace años.
El delito de robo de medidores ya es común en otras ciudades más grandes como Rosario o Santa Fe, pero en Rafaela viene ganando terreno en los últimos días. Básicamente porque tiene una logística muy fácil, como es abrir la tapa del medidor de plástico que está en la vereda sin ninguna medida de seguridad- ni siquiera hace falta entrar en un domicilio-, cortar con una herramienta el caño de polipropileno y listo. Lo que sigue después es hacer plata rápido: sacar los elementos de bronce que tiene cada medidor y venderlo en una chacarita. Recordemos que este metal no solamente se extrae de los medidores, sino también de otros elementos robados, como placas y floreros de los cementerios, por ejemplo. Se calcula que el kilo de bronce tiene un precio en el mercado que va de 700 a 900 pesos el kilo, por lo que los ladrones tienen que hacerse de varios medidores para lograr una moderada recaudación. Digamos también que la calificación penal para este tipo de delitos es menor, dado que se trata de un robo que tiene pena mínima de 1 mes de cárcel a una máxima de 6 años, por lo que es excarcelable.
Las fuentes consultadas hablan de que es un delito de muy difícil prevención, por lo que la única que queda es ir reemplazando los medidores robados por otros que ya está adquiriendo ASSA que son totalmente de plástico, pero esto implica un proceso largo dado que recién se está empezando a hacer el recambio en algunos lugares de Rosario, ciudad donde la ola de robo de medidores ya viene desde hace un tiempo. La recomendación que hace la empresa Aguas Santafesinas es llamar al 911 ante la presencia de cualquier persona sospechosa que esté sentada en la vereda cerca de un medidor de agua. Y en el caso de que el robo ya haya ocurrido, hacerlo saber a la empresa a través de las vías de comunicación institucionales para que la misma restablezca el servicio primeramente, y luego se programe un día para la colocación de un nuevo medidor. Además, otra solución estaría en controlar los lugares que son utilizados para reducir este tipo de elementos robados, o aquellos que compran y venden en el mercado negro el metal extraído de los medidores.