Un vecino del norte de la ciudad, más precisamente de barrio Monseñor Zazpe, fue víctima de un robo en su vivienda. Solamente se ausentó una media hora aproximadamente y, al regresar, habían ingresado delincuentes tras violentar una puerta.
Más allá del episodio delictivo en sí, lo que causó mayor indignación fue el enterarse que, momentos después del robo y a pocos metros de la vivienda, los delincuentes estaban ofertando sus pertenencias.