La Asociación Civil Tiza y Karbón espacio cultural, de Rafaela, Santa Fe, manifiesta su repudio categórico a la recientemente difundida Ley de “Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos”, conocida como Ley Ómnibus, propuesta por el Presidente de la Nación Javier Milei. Entendemos que ésta y el DNU elevado el pasado 20 de diciembre, avasallan la división de poderes del Estado y cientos de derechos que le pertenecen genuinamente al Pueblo Argentino.
Puntualmente, la normativa denominada Ley Ómnibus, contempla el cierre del Instituto Nacional del Teatro(INT) y del Fondo Nacional de las Artes (FNA), así como el desfinanciamiento del INCAA, el Instituto Nacional dela Música (INAMU) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP). Estos organismos cuentan con larga trayectoria promoviendo el arte y la cultura, garantizando la concreción de proyectos en todo el país y democratizando la circulación y acceso a bienes culturales.
El paquete propone derogar otras tres leyes: la N° 24.905, que creó, en 1997, el Museo, Biblioteca y Archivo del Trabajo y Movimiento Obrero Argentino. La N° 14.800, de 1959, según la cual en el caso de demolición de una sala teatral el propietario tiene la obligación de construir una de características similares en el nuevo edificio.
La N° 21.145 (1975), destinada a actores, artistas y técnicos de compañías teatrales, quienes podían acceder a una reducción del 50 por ciento sobre el precio de pasajes y fletes en las empresas estatales de transporte utilizadas para giras, y de tarifas especiales en hoteles que dependan del Estado.
Trabajadores, trabajadoras, organizaciones, artistas y espacios culturales, nos manifestamos para exponer nuestro rechazo al DNU y la Ley Ómnibus, ya que ambas iniciativas pretenden arrasar con el desarrollo artístico y la soberanía nacional.
Nos sumamos a la consigna “La cultura está en peligro”, ante este preocupante intento de vaciamiento educativo y cultural.
El arte desempeña un papel mediador y motor de la comunicación, ya que les artistes, a través de su creación transmiten no sólo emociones -que nos sensibilizan como sociedad-, sino también mensajes, y nos hacen reflexionar sobre nuestra existencia, los problemas sociales o la vida en general. Desde esta perspectiva, se
convierte en una herramienta que puede cambiar o educar a una sociedad, pero también, como en estos momentos, en un espacio de resistencia colectiva.
Aunque nuestro espacio cultural se autogestiona desde sus inicios, reconocemos la importancia del Estado en garantizar apoyos cuando, por ejemplo, en Pandemia, tuvimos que cerrar nuestras puertas, pero seguir haciéndonos cargo de los gastos de alquiler, impuestos y servicios varios. Fue allí que a través del Fondo
Desarrollar del Ministerio de Cultura de la Nación, pudimos sostenernos en los meses más duros. Sin esa línea de ayuda quizás hoy ya no existiríamos para poder, como hicimos siempre, garantizar al público el acceso a bienes y servicios culturales.
Por casos como el nuestro, que es el de cientos de espacios en todo el país, es que llamamos a la reflexión a toda la comunidad para que llegue nuestro rechazo con estas medidas que sólo buscan destruir nuestra identidad como Pueblo, nuestra capacidad de reflexión, subjetivación y resistencia, fomentar la individualidad por sobre lo comunitario y la competencia por sobre las experiencias culturales y artísticas colectivas.
Fuente: Asociación civil Tiza y Karbón
