Como sucede en todas las audiencias donde se analizan causas penales, el juez interviniente está obligado a ofrecerle la palabra a los imputados -si se niegan a declarar esa decisión no involucra un punto en su contra- y también a las víctimas, sobre todo cuando debe decidir sobre la libertad de los imputados o sobre la aplicación de medidas cautelares.
En la audiencia de este martes, el juez de Apelaciones Sergio Alvira cumplió con ese requisito. De los imputados, sólo Matías y Fernando Spaggiari hablaron. El primero se preguntó "por qué asumen (fiscal y querellantes) que no vamos a cumplir. Tenemos desde el primer día la voluntad de cumplir con la gente", afirmó en primer término.
Enseguida, dio su versión sobre algunos de los temas planteados en el debate. Por ejemplo, aludió a una escucha telefónica en la que aparece diciendo que no podía hablar porque tenía los teléfonos pinchados. Atribuyó esa información a un abogado particular -que sería también un fuerte acreedor del grupo, aunque su nombre no aparece entre los denunciantes- que le habría advertido: "más vale que cumplas porque Loyola te pinchó todos los teléfonos de la empresa y los tuyos personales".
También denunció que a la empresa sólo le queda un empleado "porque los demás renunciaron porque fueron a-me-na-za-dos (sic) y se fueron por miedo".
"Vamos a cumplir, como lo dijimos desde el primer día. Jamás nos escondimos, hasta el momento de nuestra detención estuvimos trabajando, siempre fuimos a la empresa, con toda la presión que teníamos encima. Por eso no entiendo esta insistencia en que no vamos a cumplir", insistió.
Visiblementes transformados por los meses pasados entre rejas, ambos hermanos lucen ahora espesa barba y varios kilos menos, al menos por lo que se pudo apreciar desde la incómoda posición de la prensa en la Sala 3 del edificio de Tribunales. "Si, nos pasó lo que nos pasó, nos abandonó el contador, que era el mejor de la ciudad. Ningún contador nos quería atender, nos dieron de baja el CUIT para que no facturemos, nos atormentaron de todas las formas posibles", argumentó, en otro pasaje de su desordenado testimonio, en el que no aceptó preguntas de la Fiscalía.
También detalló algunos de los apremios sufridos en prisión, que se habrían producido en cada una de las escalas del derrotero por la Alcaidía, la cárcel de Las Flores y el penal de Coronda.
Además, Fernando habló y se refirió a los mismos temas, aportando su propia visión sobre los aspectos abordados en la audiencia.
La réplica de las víctimas
Por su parte, media docena de personas que se incluyen entre los denunciantes de las maniobras investigadas dieron también fuertes opiniones sobre los acusados. Todos coincidieron en negar que los Spaggiari tengan voluntad de actuar con buena fe: "juran y rejuran que van a devolver todo, pero no devuelven ni un peso", manifestaron.
Varios recordaron contactos personales que tuvieron con los hermanos: "nos sentimos doblemente estafados. Matías Spaggiari me dijo personalmente que él no se iba a descapitalizarse para pagar capitales", planteó un hombre. "Millones de veces les pedí que me devuelvan lo que es mío", recordó. "Si la plata está, que la devuelvan y se termina el problema", argumentó otro.
