Por Julio Armando. Es difícil encontrar una explicación lógica que justifique lo que pasó entre el viernes y el sábado con el tema clases virtuales en Santa Fe. La circular 12/2021 llegó a los correos de los docentes de manera formal directamente desde Ministerio de Educación el viernes después de las 23 horas, pero ya durante las primeras horas de la tarde lo había hecho a las Regionales de Educación; desde donde se la "fue bajando" a supervisores, directores, equipos docentes y, por supuesto, a las familias. El documento oficial hablaba de suspender "la actividad educativa durante los tres días que se suceden luego del feriado del 24 y 25 de mayo", es decir, desde el miércoles 26 al viernes 28. Las repercusiones de la medida no se hicieron esperar, dado que estaba claro que dentro de esas "actividades educativas" se encuentran las clases virtuales. Nadie interpretó algo diferente y ni siquiera el propio Ministerio de Educación -con el paso de las horas- salió a desmentir o a aclarar nada, aún cuando la noticia corrió por los medios de comunicación. Más de 12 horas después, ya avanzado el sábado, la Ministra Cantero declaró en una radio que lo que dice la circular fue mal interpretado, y que el hecho de que se suspendan las actividades educativas no significaba que se suspenda la virtualidad. Ahora bien, las clases virtuales, ¿no son una actividad educativa? ¿Entonces qué son? En esas horas de silencio de las autoridades ministeriales pasaron varias cuestiones: diversos sectores cuestionaron la decisión e incluso el propio Ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta expresaba en los medios nacionales críticas contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por suspender la virtualidad (sin estar enterado de que en Santa Fe pasaba lo mismo). En esas horas de silencio de las autoridades ministeriales, también la información se difundió a los docentes y a las familias, e imposibilitó incluso organizar la virtualidad para la semana siguiente dado que estaba más que claro que la misma se había suspendido.
Una evidencia aún mayor de que el Ministerio de Educación a través de la circular quiso decir lo que dijo, y no otra cosa, está en últimos párrafos del documento oficial. Donde se aclara si bien se suspendían las actividades educativas, "no obstante en ese período - del miércoles al viernes- será estratégico dedicar un tiempo a ciertas lecturas que requieren reflexión para orientar la tarea que sigue". Y proponía que los docentes lean tanto el calendario escolar como un documento sobre evaluación. La interpretación acá también era clara: las clases virtuales tenían previsto ser reemplazadas por lectura bibliográfica y organización del trabajo docente para lo que resta del año. Pero algo en el medio cambió, aunque nadie se haga cargo del error por estas horas, error que no viene de la Regional de Educación, sino de mucho más arriba, ya que la confusión fue a nivel provincial.
¿Y ahora qué? Ahora se necesita una nueva circular que revierta, desmienta o como dijo Cantero "aclare" la anterior. Y quizás en la misma circular se explique detalladamente cómo se sigue todo y aclare dentro de qué se encuadran las clases virtuales, si es que no son "actividades educativas". Circular que debería llegar, ¿cuándo? Porque tanto docentes como directivos no pueden tomar decisiones el miércoles próximo por dichos radiales de un funcionario, sino que corresponde esperar el canal formal de comunicación que tiene el Ministerio de Educación. Sino obligaríamos a educadores a sintonizar radios en vez de leer circulares para saber las decisiones de quienes dirigen una cartera tan importante como la educativa. La pregunta es si con el sol del 25, ¿se asomará la circular 13?
No es un error de interpretación, a lo sumo de redacción. O quizás de comunicación, por tardar más de 12 horas en salir a aclararlo. A menos, que como casi todo el mundo piensa, fue un error de decisión que quisieron corregir una vez ya tomado, y que mostró cierta improvisación.