Luego de que Rafaela haya registrado, el pasado jueves, su primer caso de dengue de la temporada, se activó el protocolo sanitario correspondiente, sin que se detectaran casos febriles que pudieran ser consignados como “sospechosos”. Así lo consignaron desde la Regional de Salud ante la consulta de Rafaela Noticias.
Cabe recordar que el pasado jueves 9 de noviembre, se había reportado el primer caso de Dengue de la temporada. El paciente era un menor de edad, que reside en el sector sur de barrio Mosconi.
Ante la aparición de este caso, se había activado el protocolo correspondiente, que consistió en “intervenciones casa por casa” buscando casos febriles que puedan revelar la existencia de más personas afectadas por el Aedes Aegypti, algo que finalmente no terminó ocurriendo. De la misma manera, realizaron fumigaciones en los patios y lugares que puedan ser hábitat del mosquito transmisor del dengue, siempre en una radio no mayor a nueve manzanas alrededor del lugar donde se informó el primer caso.
Este caso reportado se convierte en el primero de la temporada 2023/2024. La temporada pasada, hasta el 1ero de junio, el Ministerio de Salud de Santa Fe había contabilizado un total de 1750 casos confirmados en el departamento Castellanos, de los cuales 1470 correspondían a la ciudad de Rafaela. Incluso, en ese momento, la ciudad había reportado una persona fallecida a causa de la enfermedad: Una joven de 21 años quien falleció el domingo 16 de abril.
¿Por qué no se fumiga contra el Dengue?
Gabriel Moyano, becario pos-doctoral del CONICET en el Centro de Investigación y Estudios de Matemática (CIEM, CONICET-UNC) y profesor ayudante en la Facultad de Matemática, Astronomía y Física y Computación de la Universidad Nacional de Córdoba, sostuvo un dato que ya se sugería en otros trabajos y en las campañas de prevención: la fumigación no es suficiente para combatir al dengue. Hay que evitar, además, la cría de mosquitos.
Las cuentas no dan. Moyano alerta que la conclusión del modelo matemático que desarrolló es que si bien una fumigación óptima puede reducir los costos ambientales y aumentar la eficiencia de la fumigación, no podría evitar la epidemia sino que implicaría un retraso del brote epidémico y una reducción de los casos de personas infectadas con el virus.
“Si bien sigue siendo un modelo teórico, que no ha sido contrastado empíricamente, lo que se obtiene con este modelo es la certeza de que fumigar no es la solución, por muchos factores. En primer lugar no se elimina el insecto en su etapa acuática -huevo y larva-. Además la eficacia del insecticida no es del 100 por ciento, es decir que no mueren todos los mosquitos aunque sí una gran proporción. Algunos estudios realizados en países como Brasil venían sugiriendo, desde otras disciplinas, esto que la matemática termina de confirmar. Evitar la cría del mosquito sigue siendo la mejor opción, por lo que el desafío ahora es generar un nuevo modelo donde el parámetro de control sea justamente ese, en lugar de la fumigación”, concluye Moyano.
¿Cómo prevenir el dengue?
La mejor forma de prevenir el dengue, la fiebre chikungunya y el zika es eliminar todos los criaderos de mosquitos.
- Eliminando todos los recipientes en desuso que puedan acumular agua (como latas, botellas, neumáticos).
- Dando vuelta los objetos que se encuentran en el exterior y pueden acumular agua cuando llueve (baldes, palanganas, tambores, botellas).
- Cambiando el agua de bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa, cada 3 días. Recordá frotar las paredes de los recipientes con una esponja o cepillo a fin de desprender los huevos de mosquito que puedan estar adheridos.
- Rellenando los floreros y portamacetas con arena húmeda.
- Manteniendo los patios y jardines limpios, ordenados y desmalezados.
- Limpiando canaletas y desagües de lluvia de los techos.
- Tapando los tanques y recipientes que se usan para recolectar agua.
- Usar siempre repelentes siguiendo cuidadosamente las recomendaciones del envase.
- Utilizar ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.
- Colocar mosquiteros en puertas y ventanas, y cuando sea posible usar ventiladores o aire acondicionado en las habitaciones.
- Proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras.
- Utilizar repelentes ambientales como tabletas y espirales.