Un proyecto de Ley presentado en la Legislatura santafesina por la diputada socialista Rosana Bellatti pretende que los empleados públicos, funcionarios o aquellos que trabajen en entes autárquicos o empresas donde el Estado provincial tenga participación mayoritaria, tengan "una licencia laboral especial para visitar al niño, niña o adolescente que se pretende adoptar y realizar trámites con fines de adopción, de quince días por año desde que el o la adoptante inicie sus visitas previas a la guarda con fines de adopción hasta su otorgamiento por el/la juez/a competente". Esta licencia especial "podrá ser usufructuada por días individuales o por varios días consecutivos, dependiendo de la complejidad del trámite o la vinculación a que se refiera". Debiendo ser firmado el pedido de licencia "por el/la Juez/a o Secretario/a que ordenara el trámite o consintiera la vinculación". En el articulado del proyecto, también se invita a municipios y comunas a adherirse a la ley, en caso de que se apruebe. 

Esta licencia que propone la legisladora, sería para que los futuros padres realicen toda la serie de trámites que requiere una adopción, como para que puedan tener mayor vínculo con el niño, niña o adolescente que se pretende adoptar, y con quien han empezado a relacionarse.  "Es necesario alejarnos de la mirada biologicista actual que no contempla los plazos propios de los procesos adoptivos, desde los trámites en sedes administrativas o judiciales hasta las etapas de vinculación y convivencia, fundamentales para el desarrollo de la relación parento/materno-filial. En la mayoría de los casos, la licencia se da una vez que se tiene la sentencia o guarda de adopción que, muchas veces, llega casi un año después de que los/as chicos/as empezaron a vivir con la familia", expresa la diputada en el fundamento del proyecto. En otro tramo agrega: "Durante la etapa de vinculación preadoptiva, es fundamental que las personas adultas puedan estar el mayor tiempo posible disponibles para los niños, niñas o adolescentes, con quienes necesitan compartir tiempo para afianzar el vínculo, y para que ellos/as internalicen las pautas de convivencia en la nueva familia. En este período aparecen en los niños, niñas o adolescentes frecuentemente miedos e inseguridades, que se deben a que, como la mayoría de los/as chicos/as que son adoptados/as, sufrieron graves vulneraciones de sus derechos, esto puede llevarlos a desconfiar de las personas adultas o a tener miedo de sufrir una nueva pérdida. No debemos olvidar que son niños/as para los que su mayor falta es la de una familia presente, que los acompañe y les dedique tiempo. Las personas especializadas en la materia coinciden en que es fundamental destinar todos los recursos necesarios para reconstruir la confianza de los/as chicos/as y una relación con una base sólida, buscando evitar las llamadas 'devoluciones' o procesos excluyentes".