La ajetreada tarde del domingo en pleno microcentro rafaelino, con cientos de familias disfrutando de Plaza Feria y del principal paseo rafaelino, se vio alterada por una tensa situación que se registró en el estacionamiento ubicado en Alvear y Santa Fe. Allí se pudo observar una situación en la que debió intervenir la policía.
¿Qué sucedió? Una joven dijo ver en el lugar su bicicleta SLP que había sido robada en el mes de junio. Al mismo tiempo, otra chica decía que ella se la había comprado a un amigo. La primera no tenía la factura, pero aseguraba que con el número de serie del vehículo podía presentarse en el lugar donde la compró y corroborar que era de ella. En tanto la propietaria actual no contaba con ningún tipo de registro que se la había comprado a un amigo, pero decía que la tenía desde mayo, es decir, antes de que la otra mujer hubiera denunciado su robo. Pero tampoco tenía forma de comprobar esto último. La mujer que manifestaba ser la dueña legítima del vehículo la habría reconocido por algunas características particulares de la bicicleta.
Lo cierto es que la situación no es nueva y suele repetirse, a veces con resultados violentos, porque puede suceder que al reconocer su vehículo robado en manos de un tercero haya quien intente hacer justicia por mano propia. En este caso, la policía deberá averiguar quién tiene razón, lo que será difícil, cuando no hay facturas de por medio, aunque el rastreo sugerido por la presunta dueña original podría ser un punto de partida. El otro punto es que la tenedora actual del vehículo deberá presentar al amigo que se la vendió, para saber de dónde la obtuvo éste.