Durante la madrugada, una vecina de barrio 30 de octubre se despertó por ruidos que provenían desde el patio.
Al asomarse a la ventana, descubrió a un sujeto trepándose a un tapial de gran altura. Al ser descubierto en su fechoría, pidió disculpas a su víctima para luego desaparecer del otro lado de la medianera.
Impávida por lo sucedido, la mujer sólo pudo ver como se alejaba en la bicicleta que le acababa de robar.