La Justicia capturó a un sujeto, al que señaló como el presunto responsable de darle muerte a Julio Funes y luego incendiar su cadáver en 2020. Pero el presunto asesino fue arrestado cuando apreció en los medios contando su historia de vivir en la calle. Si no pasaba esto ¿Nunca hubiera sido investigado? ¿Qué falló? ¿Se trata de los tiempos normales de la Justicia?   

En marzo del 2020, la ciudad se estremecía con la noticia de un macabro homicidio registrado en barrio Fasoli. 

Un hombre de 70 años, que posteriormente fue identificado como Julio Funes, fue hallado sin vida y su cuerpo calcinado, en un galpón de 3 mts. x 3 mts., ubicado detrás de la vivienda que ocupaba en calle Soldano al 1300. 

Lo que quedó claro, con el correr de las horas y gracias al trabajo de los peritos de la Agencia de Investigación Criminal que trabajaron en el lugar, es que a Funes lo habían asesinado días atrás y luego, para ocultar el crimen, incendiaron el lugar. 

A partir de ese entonces, nunca más hubo noticias sobre el avance de la investigación. Algunos testimonios que recogió Rafaela Noticias en ese entonces indicaban que, ese mismo día, antes de que el humo y las llamas alertaran a los vecinos, se había visto a una pareja. Un hombre y una mujer que abandonaron el lugar a bordo de una motocicleta. Pero esto nunca fue confirmado por los investigadores, pese a las varias consultas de este portal. 

Pasaron los días, los meses y así el crimen se perdió en la agenda pública. Hasta hoy, cuando se conoció el arresto de un hombre, al que la Justicia señaló como el presunto responsable de darle muerte a Julio Funes. 

Pero las circunstancias que llevaron a su arresto no están del todo claras. Más aún cuando el detenido tomo relevancia pública algún tiempo atrás, cuando recorrió varios medios de comunicación de la ciudad, pidiendo ayuda ya que se encontraba en situación de calle junto a su pareja y una criatura de un año de edad.    

A partir de ello surgen varios interrogantes. ¿Qué pasó en el medio? ¿Pasaron dos años para recabar pruebas que lo vinculen al asesinato? ¿Hubo algún tipo de entrecruzamiento de datos entre el estado local (que atendía su situación social) y la Justicia (que uno presume lo estaba investigando)?

Y si seguimos indagando, podríamos preguntarnos ¿La exposición mediática del acusado aceleró los trámites para su arresto? Si no trascendía su historia ¿Hubiera aparecido en el “radar” de la Justicia?  

Las dudas persisten. Y la familia de una persona fallecida todavía espera Justicia.