La verdad es que este título nos gustaría que se completara con CRECE LA PREOCUPACIÓN EN LOS ORGANISMOS OFICIALES, pero lamentablemente no es así. En quienes crece la preocupación es en los ciudadanos rafaelinos que día a día ven que los delitos están profundizándose y la “sensación” es que nadie hace nada o mejor dicho los que deben hacerlo, no dan respuesta alguna.
Es común en estos días al andar por la calle recibir diversos comentarios de que le robaron a tal o cual o en este barrio o en aquel, delitos comunes como robos o arrebatos, que no debieran serlo, pero que están instalados en lo cotidiano de la ciudad, como si todos debiéramos resignarnos a que esto es así y naturalizar una situación que no debe ser natural.
No es natural que no podamos andar por la calle libremente y sin temor. Y si… creemos que por estos días es así, un elevado porcentaje de rafaelinos tenemos miedo. Antes caminábamos por la ciudad a cualquier hora, con la tranquilidad de que íbamos seguros, ahora hasta en pleno día vamos atentos a que nadie nos intercepte, y por el celular o la cartera, nos amenacen con un arma, hasta los más osados o menos temerosos por lo menos van con precaución.
Algo que además se está haciendo notorio es que los robos ya no son solo eso, en los últimos a los que tuvimos acceso por buena voluntad de nuestros lectores que nos comentan, los delincuentes parecieran disfrutar además de golpear a sus víctimas en un rapto del poder que les genera tener un arma.
Otro tema más que preocupante y que sería bueno investigar, pareciera que ahora en nuestra ciudad cualquiera tiene acceso a un arma y en muchos casos también los menores. Cabe preguntarse ¿de dónde las sacan? ¿Quién se las vende? ¿Desde cuándo en nuestra ciudad hay tanta arma circulando?
Un párrafo especial merecen las informaciones que se reciben desde los organismos oficiales, y nos referimos a todos, de los que no podemos obtener mayores datos, solo hechos menores, muchos de los cuales nada tienen que con los que por mención de los ciudadanos rafaelinos, podemos constatar en los lugares donde muchos ocurren, ya que podemos decir nobleza obliga, que en todos los datos que recibimos, por nuestro compromiso informativo, llegamos hasta el lugar, para conocer los datos de lo ocurrido a través de los protagonistas.
Estamos seguros de que en muchos de los hechos policiales que relatamos, los ciudadanos rafaelinos solo se enteran a través de nuestro medio y de alguna red social, porque es muy poco lo que se recibe de manera oficial.
Nuestro escrito llega en un momento, en que creemos, es tiempo de hacer notar la gran cantidad de delitos a los que está expuesta Rafaela, pero no a los ciudadanos, muchos de los cuales ya han sido víctimas de los mismos, sino a aquellos a los que les compete tomar decisiones y que deberán de una vez por todas reconocer que Rafaela ya no es la isla, ni la ciudad tranquila a la que estábamos acostumbrados y que hoy por hoy es necesario atacar este problema de manera seria y comprometida y dejar de lado los ocultamientos. La única forma de poder enfrentar un problema y comenzar a solucionarlo es reconociéndolo tal cual es y de allí en más buscar las estrategias oportunas, desde todos los organismos involucrados, sin distinción de banderas porque lo que está en juego es la tranquilidad de los rafaelinos. Es el momento de decir basta a aquello de que la seguridad le compete a uno o a otro, o es responsabilidad de uno o de otro, aquí hay que ponerse los pantalones y comenzar entre todos a buscar la solución, a esta flagelo de la inseguridad que nos tienen a maltraer a todos los rafaelinos.
Los ocultamientos solo agudizan los problemas, que siguen estando y que se acrecientan ante la falta de decisión para abordarlos.