Durante décadas, Argentina fue una economía bimonetaria, circulaba legalmente el peso y pero se ahorraba en dólares, a la vez que muchos contratos se realizaban también en dicha moneda. Actualmente dado los rebuscados y pervertidos tiempos que vivimos, nuestra economía también dejó de ser no binaria para dar lugar a muchos tipos de cambio. Dólar Contado con Liqui, Mep, Turista, Tarjeta, Contado con Liqui Plus, Mayorista, Ahorro, Dólar Cripto, Paralelo, Blue y algunos más.
El tipo de cambio debería ser solo un precio más de la economía, pero la obsesión de controlarlo por parte de los sectores políticos hacen que se disparen diferentes cotizaciones que tienen que ver más con la forma de obtenerlos que con su real valor.
Hace tiempo que vemos que el valor técnico del tipo de cambio debería estar alrededor de los $155, sin embargo, darle a algo un valor técnico es lo mismo que querer poner un precio en función del costo invertido en la producción de un bien o servicio. El precio de todos los valores de la economía se generan en función de subjetividades, que poco tienen que ver con tecnicismos para calcularlos. En este caso las expectativas de las personas sobre devaluación del peso es la que está fijando el valor de los distintos tipos de cambios paralelos.
La respuesta a la pregunta de por qué sube el dólar es esa, por expectativas que se vaya a devaluar la moneda luego de las elecciones, para las que falta un poco más de mes y medio. La situación descrita potencia la demanda y disminuye la oferta, es decir, hay más personas dispuestas a comprar dólares y menos que estén dispuestos a vender, potenciando el efecto sobre las cotizaciones alternativas del dólar, ya que el oficial se mantiene atrasado. Como contrapartida a esto tenemos también la caída de la demanda de pesos, los cuales son intercambiados, por bienes para mantener su valor, presionando vía demanda, los precios de muchos productos.
Tenemos entonces la cotización oficial pisada por debajo de la inflación, esta se mueve a un ritmo anualizado del 50% mientras que la cotización oficial apenas supera el 30%, si vamos a la definición de inflación, que es la suba sostenida y generalizada de todos los precios de la economía, y siendo el dólar uno de estos, tarde o temprano ajustará su valor al índice inflacionario. La brecha entre el oficial y el o los paralelos debería ser esta diferencia entre el índice de precios y el porcentaje de devaluación. La explicación de porqué es mayor, alcanzando casi el 90% de diferencia, es la misma que se expresó en los primeros párrafos, las expectativas.
Las citadas expectativas son que se produzca una devaluación del peso frente al dólar oficial pasadas las elecciones, este es el único que se devalúa, el resto se deprecia. En el imaginario de la población está, y probablemente con cierta dosis de certeza, que el equipo que maneja la economía atrasa el tipo de cambio para generar un efecto riqueza en las personas, dado que con los pesos que poseen pueden adquirir más bienes medidos en dólares, algo similar a lo que se hace al atrasar ajustes tarifarios, es decir, pueden consumir más por pagar menos. Todo esto con la intención de generar un clima artificial, pero favorable al resultado electoral. Pero como esto no se puede sostener en el tiempo, pasadas este, se devaluará la moneda. Esto no es una certeza, pero tarde o temprano el valor del tipo de cambio deberá acompañar los índices inflacionarios, o generará mayores distorsiones que las que actualmente tenemos. Esto es independiente de si gana la coalición gobernante o los sectores opositores, esto es simplemente, teoría económica aplicada.