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Opinión

Bendita inflación

Podemos escuchar, desde quienes manejan los hilos de la economía del país, que hay múltiples culpables de la suba de precios. Pero así como los horrendos sacrificios humanos de los pueblos originarios a la Pachamama no calmaban la ira de los dioses, los chivos expiatorios tampoco calmarán la inflación. Por Guillermo Briggiler.

Podemos escuchar, desde quienes manejan los hilos de la economía del país, que hay múltiples culpables de la suba de precios, fue la pandemia, luego la lejana guerra en Ucrania, los formadores de precios, el crecimiento del país, los especuladores, el sector agropecuario y cuanto chivo expiatorio aparezca en el horizonte. Pero así como los horrendos sacrificios humanos de los pueblos originarios a la Pachamama no calmaban la ira de los dioses, los chivos expiatorios tampoco calmarán la inflación.

 

Esta, la inflación, es decir el aumento sostenido y generalizado de todos los precios de la economía, es una herramienta de ajuste del gobierno. Lo bueno, para quien gobierna, es que no se ve directamente su efecto. La suba de precios es causada por quien maneja el Ministerio de Economía en conjunto con el BCRA, para licuar sus gastos. Con ella se van diluyendo los valores de  jubilaciones, pensiones y planes sociales, que luego aumentan por decreto y además aprovechan el anuncio para publicitarlo como un logro de su propia gestión. Es un mecanismo de perversa genialidad, donde generan que se vaya perdiendo el poder adquisitivo de la población que recibe los ingresos, con la intención que sea menos oneroso para la administración central afrontarlos y luego mejoran esos ingresos, pero menos de lo que bajaron y encima te piden que les agradezcas por subirlos.

Dentro de este mismo mecanismo se encuentran los salarios de los empleados públicos y de las empresas del Estado, solo que aquí se encuentran con que los afectados tienen algún poder de resistencia y de ahí devienen los múltiples paros con que nos encontramos periódicamente. En los reclamos sindicales, la principal demanda es el justo pedido de recomposición salarial, con una inflación de casi tres dígitos, los salarios deberían duplicarse para seguir manteniendo el poder adquisitivo de estos.

Titulamos la presente como bendita inflación, aunque solo será bendita para quienes la utilizan a su favor, porque mientras tiene los efectos ya descriptos sobre los egresos del Estado, tiene por otra parte la suba de la nominalidad de los valores que recauda por los distintos impuestos, principalmente en la recaudación del IVA, ya que este impuesto se aplica sobre los valores facturados que van creciendo con la suba sostenida de los precios, resultando mayor la suba de los ingresos estatales, que la de sus egresos, por efecto del índice de precios.

Y todavía hay más para analizar, en los próximos días se dispondrá una readecuación de subsidios a las tarifas públicas, ergo tarifazo, para adecuar los valores que se perciben por los servicios que prestan las empresas públicas, o concesionarias de servicios públicos, a los costos y por supuesto a la inflación. Esto afectará directamente el poder adquisitivo de la población. A lo que tenemos que sumarle el aumento de las tasas de interés para financiar consumos, tanto en préstamos personales, como en consumos con tarjeta de crédito. Situación que seguramente veremos que resultará afectada principalmente la economía urbana, es decir el comercio y los servicios de la ciudad. Será más caro concurrir a un bar o restaurante, como también concurrir a la peluquería y demás gastos comprendidos en diversión y esparcimiento y veremos afectado el comercio de bienes.

Como venimos recomendando a los distintos actores económicos, la mejor manera de ir protegiendo las actividades económicas es teniendo las góndolas y los almacenes llenos, es la manera de asegurar que en el futuro no faltará la fuente de ingresos y a la vez subirán más los activos acopiados que lo que puede conseguirse en inversiones financieras que se encuentran por debajo de la inflación, los bienes físicos siempre acompañarán la misma. Incluso recomendamos tomar todo el financiamiento posible a tasas fijas, aunque las percibamos altas, y comprar con ellos bienes durables, mercaderías o inmuebles, con tiempo el costo del mismo se irá licuando y el valor de los activos subirá nominalmente. Lo que hoy parece caro, lo percibiremos barato con el transcurrir del tiempo y de la bendita inflación.

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