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Opinión

Acá y en la China

Podríamos hablar de la economía de Maria Eugenia “China” Suarez y decir que cuando salió con con Benjamín Vicuña este le proporcionó una casa que la actriz se quedó con la separación.

Recientemente cortó con su última pareja, el joven cantante Rusherking, a quien la China le lleva 8 años, luego de que él le regalara un costoso y muy bello automovil descapotable. También podríamos referirnos a la segunda economía del mundo, la República Popular China, que de república no tiene nada, pero no, hablamos de una frase, dicha y repetida en bares, cafés y hasta en la cancha, como por ejemplo, eso es penal, “acá y en la China”. Es que las medidas económicas, generan consecuencias económicas, acá y en la China. Argentina, hace años que tiene un plan económico que consiste en gastar a discreción y luego cubrir ese gasto con emisión monetaria espuria y, por supuesto, la actual, extensa e interminable crisis, tiene su origen en dicho plan. En otras palabras, el país se encuentra en una crisis económica autogenerada por una mala praxis

económica auto infligida. Hablamos de un terrible plan económico que los ministros que lo llevaron adelante, no quisieron, o no pudieron, enfrentar al poder político que le pide caja, que le solicita gastar más y más a medida que se acercan y pasan las elecciones, con la intención de mantener los cargos, sin importarle la población a largo plazo y estableciendo pseudo derechos que luego licuarán vía procesos inflacionarios. Vamos con solo algunos ejemplos de las medidas tomadas y del berenjenal que nace cada vez que las ponen en práctica. Los pseudo derechos, son todas aquellas

prestaciones gratis, o con importantes subsidios que el político desea vender como logro de su gestión personal y que luego pagaremos entre todos. Como se gasta a troche y moche, la matriz impositiva no alcanza para obtener ingresos suficientes que cubran las erogaciones, entonces se

recurre al crédito externo, representado en su máxima expresión en el FMI y en el crédito interno con la sucesiva emisión de bonos que casi compulsivamente obliga a adquirir a bancos, aseguradoras y otros actores del mercado, devenidos en cómplices de estas malas políticas.

Cuando este mecanismo se agota, pasan lisa y llanamente a emitir billetes, emisión que pasa a los precios, que queda a la vista de todos en los índices de inflación que mes a mes y año a año son más grandes.

Entre los precios que suben, se encuentra el dólar, que viene a ser un precio más de la economía y por lo tanto acompaña a la inflación. La gente al buscar refugio en ella para preservar su poder adquisitivo, adquiere moneda extranjera para ahorro y para realizar transacciones de montos

importantes, luego el valor de ésta reacciona a la suba y la medida que se toma es la colocación de un cepo, entiéndase prohibición de comprar divisas. Dicha prohibición desactiva el mercado, y deliberadamente se atrasa el tipo de cambio para utilizarse como ancla a la inflación, la

consecuencia de esto es menores exportaciones que son desincentivadas por el bajo tipo de cambio, a la vez, que se generan incentivos para que salgan divisas vía importación, que sumado a que nadie ingresa dólares como inversión en un país donde el tipo de cambio no es el real y

además no puede retirar el producido de la inversión, termina dejando al BCRA sin reservas. Esta intervención por medio de prohibiciones en el mercado cambiario, da origen también a los diferentes tipos de cambios que distorsionan los negocios y el surgimiento de más malas medidas

como los tipos de cambio diferenciados, es decir, devaluaciones encubiertas, véase dólar soja 1 y 2 y el actual dólar agro. Como la tasa de interés también es un precio de la economía, entiéndase el precio del dinero, también sube acompañando la inflación. Esto nos trae créditos más caros, que atentan contra la producción de bienes y servicios, así como contra el consumo y con esto baja también la recaudación impositiva acentuando el déficit de las arcas del Estado. Este desequilibrio de tesorería empuja a emitir más y, para que toda la emisión no dispare los precios, se absorbe la

base monetaria a través de instrumentos esterilizadores (actualmente llamadas Letras de Liquides o Lelic), por las cuales hay que pagar más en cada renovación al volverse abundantes y van capitalizando sus intereses generando un gran cúmulo de vencimientos a futuro. La sucesión de eventos desafortunados y originados en las políticas económicas reiterativamente erróneas y cuestionadas por los economistas antes de su puesta en funcionamiento, generan negativas consecuencias, acá y en la China.

#BuenaSaludFinanciera @ElcontadorB @GuilleBriggiler

 

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