En un giro significativo en la política de vivienda, la Cámara de Diputados ha dado media sanción a una reforma crucial de la Ley de Alquileres, impulsada por la oposición. Con 125 votos a favor y 112 en contra, la reforma propone volver a los contratos de alquiler de dos años con actualizaciones trimestrales basadas en índices acordados entre las partes.

Este cambio se produce después de que se rechazara una propuesta del oficialismo que mantenía los contratos de tres años y actualizaciones anuales. La oposición argumenta que la propuesta original no abordaba los puntos más polémicos de la legislación vigente.

El presidente del bloque oficialista, Germán Martínez, defendió la postura original, destacando los incentivos fiscales como una manera de proteger a los inquilinos, considerados por ellos como "la parte más débil". Pablo Tonelli, del PRO, respondió que la ley original había disminuido la oferta de viviendas, dificultando la búsqueda de propiedades para alquilar.

La nueva propuesta, negociada entre varios bloques, incluye actualizaciones de alquileres cada cuatro meses según diversos índices, como el IPC, IPM e IS, del INDEC. También establece reparaciones urgentes a cargo del propietario y requiere que todos los contratos sean registrados en la AFIP.

Otras disposiciones destacadas incluyen exenciones fiscales para reactivar el mercado de alquileres y estipulaciones específicas sobre depósitos de garantía, pagos anticipados y reparaciones.

El diputado Mario Negri subrayó la importancia de la colaboración entre los bloques para llegar a un consenso, mencionando las intensas negociaciones y el esfuerzo colectivo.

A pesar del avance, el panorama para la Ley de Alquileres ha sido complejo, con propuestas y contra propuestas a lo largo del año. La reforma actual, que ahora debe ser considerada por el Senado, representa un compromiso entre los diferentes actores y busca ofrecer una solución equilibrada en el contexto de una inflación elevada y un mercado inmobiliario en tension.