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Nacionales

Carrefour, Eramet, Renault y Total Energies se reunieron con Macrón antes de su salida a Río

Mañana comienza la Cumbre del G20 en Río de Janeiro. Sin embargo el presidente francés le otorgó mucha importancia a su paso por Buenos Aires donde se reunió con Milei y apuntaló las inversiones anunciadas por empresas francesas.
Agrandar imagen El presidente francés en su corto pero productivo paso por Argentina.
El presidente francés en su corto pero productivo paso por Argentina.

Macron quiere revalidar las inversiones francesas en la Argentina (algunos de los anuncios más importantes que se conocieron últimamente fueron de Carrefour, de la minera Eramet, de Renault y de Total Energies), y de hecho se reunió con ellas tras la cumbre presidencial. Francia viene poniendo mucho énfasis en el desarrollo de los capitales de ese país en Argentina, donde los cambios en la economía están dando sus frutos durante el gobierno de Javier Milei, con quien no coincide políticamente, ha marcado muchas diferencias ideológicas, pero cuando se habla de plata, dividendos y potencialidades en el crecimiento de las empresas francesas, el presidente Macrón no escatima esfuerzos por estimular el desarrollo de los capitales nacionales de su país.

La relación entre Milei y Macrón es paradójica: no coinciden ideológicamente, pero ambos se identifican como outsiders.

El francés ha sido muy considerado con Milei. Fue el primero en llamarlo tras su triunfo, toleró que le suspendiera una visita de Estado a mitad de año y después lo recibió cuando el Presidente fue a la inauguración de los Juegos Olímpicos. El reciente viaje de Karina Milei a París y las gestiones del embajador Ian Sielecki terminaron de aceitar el arribo de Macrón a Buenos Aires, de paso a Río, pero con una agenda bien marcada.

El desembarco de Macron actúa también como el preámbulo de la tormenta que se avizora sobre Rio de Janeiro, donde se negocian los términos del documento de la cumbre del G-20 que empieza mañana. En Brasil, la Cumbre de Líderes del G20 está prevista para los días 18 y 19 de noviembre de 2024, en Río de Janeiro, con los líderes de los 19 países miembros, más la Unión Africana y la Unión Europea.

Macron intentó convencer a Milei de que no se aparte del acuerdo mayoritario porque puede complicar no sólo el consenso de esa reunión, sino también el pacto Mercosur-Unión Europea. El francés es un enfático defensor de la mitigación del cambio climático y el libertario piensa que se trata un problema natural cíclico que en realidad encubre una imposición de los países desarrollados, que son los que emiten más gases contaminantes, sobre los países en vías de desarrollo.

De hecho en el Gobierno admiten que hay una decisión de retirarse del Acuerdo de París sobre el tema, pero que sólo están evaluando el momento de hacerlo, lo que traducido significaría esperar la asunción de Trump, quien ya desconoció el tratado durante su primer mandato. Un anticipo de ese movimiento ya se vio esta semana cuando la Argentina retiró su delegación de la COP29 que se desarrolla en Azerbaiyán.

Macron frenó en el pasado los avances de las negociaciones de la UE con el Mercosur por su dura puja con Jair Bolsonaro, quien en materia ambiental piensa igual que Milei. Ahora le transmitirá el mismo mensaje al libertario. De todos modos, el mundo asume que Francia expone el tema ambiental para encubrir que no tiene margen interno para avanzar en un acuerdo comercial con la región. De hecho esta misma semana unos 600 dirigentes de distintas extracciones políticas firmaron en Francia un documento de rechazo a un eventual entendimiento, en línea con las demandas de los productores agropecuarios.

Los brasileños dejaron trascender que la Argentina quedó aislada por su reticencia a incorporar en el texto que se negocia, conceptos de la Agenda 2030 vinculados con temas de género, cambio climático y salud. Paradojas diplomáticas: la última reunión que encabezó Diana Mondino como canciller fue para discutir cómo adaptaban la propuesta argentina a los lineamientos que había bajado Milei en su carta al cuerpo diplomático. En esta semana quedó en claro hacia dónde se encaminan ahora los pronunciamientos bajo la conducción de Gerardo Werthein y la participación activa del secretario de Culto, Nahuel Sotelo.

El martes orientó el único voto en contra de una resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas en la Asamblea de la ONU (”no podemos votar eso cuando tenemos cientos de problemas con los territorios en el sur basados en las supuestas tradiciones ancestrales”, argumentan en Cancillería). Lo mismo sucedió el jueves en otra votación para intensificar esfuerzos en la prevención de todas las formas de violencia contra mujeres y niñas (”el documento partía de un enfoque feminista radical y tenía abordajes de la violencia que se fundaban en una visión que no tiene evidencia científica alguna”, explicó Sotelo). Estos posicionamientos generan fuertes resistencias de los países más desarrollados, que apuntalan una agenda más progresista.

Brasil tiene sus temas y nosotros los nuestros

“Han quedado muy aislados porque generó enojo en otros países, como Australia y Canadá, que tienen esos temas como relevantes”, expresó un negociador brasileño. Los anfitriones ven detrás una intención del Gobierno de aguarles sus esfuerzos por lograr un documento consensuado. No descartan que la Argentina no lo firme o que lo haga en disidencia, e incluso dejaron correr la versión de que hay presiones para excluir al país del G-20 por su postura poco cooperativa, lo cual sería un hecho inédito y poco probable. Milei puede estar evaluando que no corre demasiados riesgos si golpea el tablero frente a un Joe Biden debilitado, y que le conviene esperar a que se siente en su lugar su amigo Donald para doblegar las ofensivas multilateralistas que tanto lo irritan.

Entre los negociadores argentinos reconocen que hay una dura disputa, pero le atribuyen todas esas informaciones a “operaciones y aprietes para negociar. Estamos en la etapa más dura y los brasileños salen a hacer esto violando el principio de la confidencialidad de las tratativas. Brasil tiene sus temas y nosotros los nuestros. Pero los asuntos de la Agenda 2030 no son los más complejos. Es mucho más difícil, por ejemplo, ver qué decir de la guerra en Ucrania”. De todos modos, hay algo bien concreto: la cumbre no servirá para mejorar las relaciones entre Milei y Lula. Y hay un dato que lo refrenda: el libertario es el único mandatario que no solicitó una reunión privada con el anfitrión.

 

Francia Macron G20

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