Para acceder a la utilización de los distintos tipos de armas rige en nuestro país la Ley Nacional 20429 sancionada en 1973, reglamentada por Decreto 395/75.
Para dicha Ley son legítimos usuarios: Policías Federal y provinciales, Servicio Penitenciario Federal e Institutos Penales provinciales; Miembros de las Fuerzas Armadas, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina; Miembros de las Policías Federal y provinciales, Servicio Penitenciario Federal e Institutos Penales provinciales; pobladores de regiones con escasa vigilancia policial; otras personas (del material clasificado como de “uso civil condicional” y de “usos especiales”); Asociación de tiro; Miembros de asociaciones de tiro; personal de embarcaciones; personal de aeronaves, personal en aeródromos y puertos; Instituciones; Coleccionistas.
Las autorizaciones las otorga el RENAR (Registro Nacional de Armas) que en un plazo de 6 meses deberá reestructurarse mediante la creación del ANMAC (Agencia Nacional de Materiales Controlados) de acuerdo a la aprobación de la reciente Ley 27192.
Hoy para ser legítimo usuario hay que ser mayor de 21 años; no presentar anormalidades psíquicas o físicas que incapaciten al peticionante para la tenencia de armas de fuego; acreditar ante la dependencia policial, con jurisdicción en el domicilio del interesado, identidad, domicilio real y medios de vida lícitos, según la Ley 20429.
Desde el año 2007 se desarrolla el Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego “con el fin de reducir el circulante de armas en manos de civiles”, que tiene como objetivos: la disminución del uso y proliferación de armas de fuego y municiones; la reducción de accidentes y hechos de violencia ocasionados por el acceso y uso de armas de fuego; la sensibilización acerca de los riesgos de la tenencia y uso de armas; la promoción de una cultura de no violencia y resolución pacífica de conflictos que desaliente la tenencia y uso de armas de fuego. A la fecha se entregaron 174066 armas.
Este Programa se hizo: “Porque en Argentina, como en muchos otros lugares del mundo, las armas de fuego aumentan los índices de violencia dentro de la sociedad. La proliferación de armas en manos civiles tiene como consecuencia un aumento del número de muertos por accidentes, suicidios y/o homicidios. También incrementa el riesgo de morir o resultar herido en una situación de delito o bien, que las situaciones de conflicto interpersonales sean resueltas de manera violenta.” (www.desarmevoluntario.gov.ar)
Según el mismo sitio web: “Un plan de entre voluntaria de armas busca sacar la mayor cantidad de armas de fuego en circulación, sean estas legales o ilegales, o irregulares. Las armas de fuego, independientemente de su status, producen muertes, heridos o son utilizados como instrumento de amenaza o agresión. La mayoría de las armas que son ilegales fueron legales en algún momento, pero han terminado en el mercado ilegal por distintos mecanismos, uno de ellos muy extendido es el robo de armas en casas o a legítimos usuarios o el desvío de los arsenales de las fuerzas de seguridad. Teniendo en cuenta su origen, la distinción entre armas legales e ilegales resulta artificiosa.”
Si bien no hay estadísticas actualizadas, en el 54% de los homicidios se utiliza un arma de fuego, según informe realizado por la Dirección Nacional de Política Criminal en el año 2008).
El RENAR ofrece la posibilidad vía telefónica o a través de un formulario informatizado de realizar denuncias ante la Unidad de Investigación Fiscal cuando se detecte “la presencia de gente armada; la existencia de lugares donde se comercien armas, municiones o explosivos de modo sospechoso; depósitos de pirotecnia o explosivos o cualquier otra actividad aparentemente irregular vinculada con armas.”
