Si bien nos venimos refiriendo al tema en comentarios anteriores, pareciera que nuestra sociedad rafaelina, reflejo de lo que ocurre en nuestra Argentina y, por qué no, en otros lugares del planeta, se encuentra atravesada por un signo de conflicto que cada día se agudiza más.

El día miércoles dábamos cuenta de un hecho policial en el que vecinos de nuestra ciudad, según los comentarios, familiares de algunos sujetos con problemas con la ley, atacaron a piedrazos móviles policiales e incluso lastimaron a tres efectivos que participaron de un procedimiento en el norte de la ciudad.

Pues bien, nos pareció oportuno hacer algunas reflexiones al respecto. Sabido es que nuestra ciudad viene sufriendo los embates de la delincuencia y la violencia, desde hace un tiempo a esta parte, que nos tiene bastante preocupados a todos los ciudadanos, a punto tal, de que algunas personas manifiestan abiertamente su temor a salir a las calles y sufrir alguno de estos embates. Los dispararos de arma de fuego se hacen sentir en diversos sectores de la ciudad, vinculados a las grescas entre bandas o cuestiones territoriales y en otros casos pareciera que son una forma natural de operar de “algunas personas”, hecho mucho más preocupante aún, sumado a que en estas situaciones no se mide ni se tienen en cuenta la presencia de personas ajenas, entre las que muchas veces se encuentran niños, que en los que algunos ya han resultado heridos. Hasta aquí nada de los que contamos resulta nuevo.

¿Cuál es la intención de nuestra reflexión? En esta oportunidad queremos referirnos a la labor policial. En muchos espacios de expresión, a través de las redes sociales o de comentarios en diferentes medios, el rafaelino común arenga contra la labor policial y la necesidad de mayor presencia de uniformados en las calles o patrullando, cosa que no consideramos descabellada pero permítannos decir que eso no es suficiente y que si tal vez pudiéramos ponernos en el lugar de muchos de estos agentes, comprenderíamos la inseguridad a la que ellos también están sometidos a diario. Nos dirán: que es su trabajo, cosa que compartimos, pero no nos olvidemos que la mayoría de ellos tienen familias e hijos y son personas comunes, con un trabajo particular y las que en oportunidades quedan expuestos a la ira de algunos sujetos que no miden consecuencias en su accionar. Nos preguntamos, ¿es condición necesaria y suficiente la presencia policial para solucionar la conflictividad del momento actual? Si lo analizamos fríamente tal vez llegaríamos a la conclusión de que no es así. Es por eso que la importancia de la presencia por ejemplo de la Policía Comunitaria le agrega una cuota de esperanza la posibilidad de revertir esta conflictividad: el diálogo, los acuerdos y reflexión serán, a nuestro juicio, lo único que atenúe en parte estos problemas que seguramente tienen su origen en la mayoría de los casos en vínculos rotos y canales de comunicación inexistentes. ¿Cómo explicamos sino que algunas personas, vinculadas a otras que delinquen, puedan atentar contra policías y vecinos para defender a aquellos que están atentando contra la paz y la convivencia de toda una ciudad? Piden mayor presencia policial y resulta que cuando esta ocurre algunos atacan a la policía y le impiden cumplir con su labor y hasta dañan móviles que pagamos los ciudadanos que aportamos con nuestros impuestos, incluso, seguramente algunos de los que los dañan también formarán parte de los que hacen sus aportes con impuestos. 

Esta todo muy desvirtuado y el naturalizar situaciones hace que perdamos de vista cuestiones de fondo, como por ejemplo que ningún ciudadano puede hacer justicia por mano propia, para eso existe los Tribunales y los Jueces, que si bien en los últimos tiempos y desde implementación del nuevo Código Procesal Penal han hecho los procesos más cortos y esto determinó que muchos de las personas que delinquían, están entre rejas, aún resta mucho por hacer y en nuestra opinión las señales deben ser más claras o por lo menos las sentencias más contundentes y esto es algo que también muchos rafaelinos vienen pidiendo.

Nuestra reflexión es solo eso, no pretende ni defender ni atacar a nadie, en todos las sociedades hay buenos y malos, en todos los trabajos hay personas con mayor o menor compromiso con su labor, pero en la medida en que todos hagamos nuestro aporte en el día a día y sobre todo con los más pequeños , para que comprendan la importancia, por ejemplo, de la palabra en la resolución de los conflictos, seguramente el futuro nos encontrará un poco más tranquilos pero si desde el lugar que nos compete solo sumamos como quien dice “más leña al fuego”, la cosa se va poner cada vez más difícil…