Monique A. nació hace 31 años en San Pablo, Brasil. Ante la jueza de Investigación Penal Preparatoria Cristina Fortunato, que presidió la audiencia imputativa en la que se le endilgó la coautoría de una cuantiosa estafa en perjuicio del futbolista de Atlético de Rafaela Claudio Bieler, se presentó como "tarotista" de profesión. Mujer de rasgos muy bellos, implecablemente vestida, prolijamente maquillada y peinada, sólo las esposas juntando sus manos de largas uñas esculpidas revelaban que Monique no estaba entrando a un estudio de cine para protagonizar alguna película, sino enfrentando una seria imputación por la presunta comisión de un delito penal.
El fiscal Guillermo Loyola hizo una breve exposición en la que detalló la mecánica de los hechos que se investigan. La víctima entró en contacto con Monique a través de una cuenta de Instagram el 10 de mayo. El futbolista estaba preocupado por una serie de acontecimientos de su vida personal que lo hicieron buscar algún tipo de ayuda especial.
Luego de contactar a través de esa cuenta de IG, la víctima llegó hasta la mujer, que se hacía llamar Victoria Martínez, quizás tomando como apellido el nombre de la localidad del norte del conurbano bonaerense en donde vive, en el partido de Vicente López, una zona muy acomodada del Gran Buenos Aires. Los engaños comenzaron rápidamente y pronto se dio -según consta en la imputación- que la víctima tuvo que empezar a depositar dinero en cuentas de personas allegadas a Monique, que actualmente permanecen prófugas de la Justicia. Aparecen dos personas del mismo apellido -Isaac T. y Roberto T.-, así como un tercero, un ciudadano también de nacionalidad brasileña, Willyiam I.
Las transferencias, en pocas horas, fueron por 15 mil, 48 mil, 50 mil y 30 mil pesos respectivamente, más otros 10 mil que se completaron el 22 de mayo. Pero el trabajo "fino" estaba por venir aún. Haciendo uso de su "profesión", la chica resolvió venir hasta Rafaela con su grupo de "colaboradores". Contrataron habitaciones en el hotel Amerian. Para entonces, Monique ya había dicho al futbolista que evitara viajar a Reconquista, donde tiene familiares, porque las cartas le indicaban que iba a tener un accidente. También le reveló que era objeto de "maldiciones" y del influjo de energías negativas -presuntamente vinculadas con personas que habían estado relacionadas anteriormente con él- y que parte de esas energías negativas estaban centradas en su dinero. En sus dòlares. Había que "limpiarlos" de esas energías negativas, sugirió.
Para la tarea, le encomendó a la víctima que juntara todos sus dólares y los colocara sobre una toalla, ubicándolos debajo del colchón de su cama. El "rito" se completó cuando la imputada y su grupo se apoderaron del dinero para terminar la "limpieza", que no fue de malas energías sino lisa y llanamente un robo. La víctima no volvió a ver los 71.700 dólares en billetes que había colocado.
El futbolista denunció los hechos cuando no volvió a tener noticias de Monique ni de sus amigos, ya avanzado el mes de junio. Las investigaciones se iniciaron en la AIC y el tema se mantuvo en absoluta reserva, pese a que el jugador prestó declaración en la AIC y en el MPA. En los últimos días, una filtración desde la Policía Federal, que llegó hasta el portal Infobae puso el tema en las policiales: fue en oportunidad de la detención de Monique A. Según Infobae, Monique pidió, antes de ser subida al patrullero -y mientras allanaban otros domicilios, incluido un departamento en Avenida del Libertador- que la dejaran maquillarse.
Ahora, defendida por el abogado Federico Scarinci, debe responder por la presunta comisión del delito de "estafa" en calidad de coautora. Fortunato deberá decidir sobre su libertad con medidas alternativas o la prisión preventiva en una audiencia de medidas cautelares que se llevará adelante este sábado al mediodía.
