Este miércoles se reanudó el juicio contra Cirilo Bravo (58), quien para el Fiscal de Homicidios Martin Castellano fue el autor del femicidio de su esposa, Mariel Zimmermann, ocurrido la medianoche del 26 de octubre del 2022. La figura penal escogida no es menor: homicidio doloso doblemente agravado, por el vínculo que lo unía con la víctima y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género.
Mariel tenía 52 años. 36 transcurrieron al lado de Cirilo Bravo, con quien tenía 5 hijos (cuatro mujeres de 35, 34, 27 y 13 años y un varón de 29). El matrimonio y la hija menor compartían la vivienda ubicada en Güemes Oeste al 100 de Humberto Primo, donde todo comenzó. O finalizó.
El 25 de octubre de 2022 transcurrió para todos como un día más: Zimmermann hizo sus cosas, su esposo viajo a Helvecia y regresó sobre la tarde. Durante el día, intercambiaron algunos mensajes en un grupo de WhatsApp que habían formado, y las bromas entre ellos lejos estaban de la triste realidad que se encontrarían horas después.
El reloj pasa de las 00:30. Un grupo de policías charla en la vereda de la Comisaría 7 de Humberto Primo, cuando un hombre de estatura baja y contextura grande aparece caminando. Es Cirilo Bravo, quien les dijo “Ella me atacó con un cuchillo” y extendió los brazos como pidiendo ser arrestado.
Intuyendo que algo grave pasó, los agentes lo escoltaron al interior de la dependencia y enseguida se dirigieron al domicilio del matrimonio. Al ingresar en la zona de la cocina, se encontraron con Mariel en el suelo sobre un charco de sangre. Una herida cortante en la zona derecha del cuello le provocó una hemorragia fatal.
Para el fiscal Castellano, la muerte de Zimmermann fue causada por Bravo valiéndose de una cuchilla con la que le produjo un corte de 13 centímetros de largo en la región inferior, anterior y lateral derecha del cuello, de forma oblicua ascendente hacia atrás y que en su profundidad alcanzo la vena yugular de la víctima.
Para la acusación, apenas pasada la medianoche de ese fatídico 26 de octubre, “de manera violenta y despiadada”, y tras una discusión, Cirilo Bravo acabo con la vida de su esposa, sin importarle siquiera la presencia de su hija menor, quien involuntariamente se convirtió en la única testigo directa de lo ocurrido.
Después de eso, Bravo se cambió de ropa, y llevó en moto a su hija hasta la casa de una familiar. Luego caminó algunas cuadras para entregarse en la comisaría del pueblo.
El femicidio de Zimmerman no fue un hecho aislado según la teoría que sostiene la Fiscalía. Fue el corolario de distintos episodios de violencia de género previos que Bravo desplegó a lo largo de los años y que implicaron un sometimiento y maltrato de su parte hacia su pareja.
¿Qué va a pasar con el juicio?
El cúmulo de pruebas, tanto científicas como documental y material que se encuentran en el expediente apuntan a un solo objetivo: demostrarle al Tribunal que la muerte de Zimmermann fue el desenlace triste y doloroso de un extenso periodo de agresiones, malos tratos y humillaciones; y que, el único castigo que puede merecer Bravo es la condena a cadena perpetua.
