Cada 4 de septiembre, desde 2010, se conmemora el Día Mundial de la Salud Sexual, una fecha establecida con el objetivo de sensibilizar y promover la importancia de la sexualidad como un aspecto esencial del ser humano y un pilar clave de la salud reproductiva. Este día destaca que la experiencia sexual debe ser saludable, satisfactoria y sin riesgos para la población.
Para la ginecóloga Claudia Demichelis, la salud sexual "requiere un abordaje positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales. Esto se traduce en la posibilidad de vivir experiencias sexuales que sean placenteras, seguras y libres de coacción, discriminación y violencia."
Pero la salud sexual no solo involucra el aspecto físico. La psicóloga y sexóloga Denis Regadío aporta una perspectiva más amplia, señalando que la salud sexual es "un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad". Además, enfatiza la importancia de visibilizarla e incluirla en los protocolos de distintas ramas de la medicina.
"Una vida sexual responsable va mucho más allá de la mera práctica del sexo. Implica un reconocimiento y respeto mutuo de los deseos y límites de cada individuo", sostiene Regadío. Estas interacciones saludables y consentidas impactan positivamente en el individuo, elevando su autoestima, mejorando sus relaciones con otros y aportando a un bienestar integral, tanto físico como mental.
La conmemoración de este día nos recuerda que la salud sexual es un derecho humano fundamental y un componente esencial de nuestra salud en general. Es un llamado a la sociedad y a las instituciones médicas a garantizar una educación sexual adecuada, servicios de atención de calidad y un ambiente libre de estigmas y discriminaciones, donde cada individuo pueda desarrollarse y vivir su sexualidad de forma plena y saludable.
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