El año 2025 será un periodo de gran significado espiritual para los fieles católicos en todo el mundo, ya que la Iglesia celebrará un nuevo Año Santo o Jubileo Ordinario. Monseñor Pedro Torres, obispo de la diócesis de Rafaela, dialogó con Rafaela Noticias para explicar el sentido de esta celebración, su historia y lo que se espera de ella en nuestra sociedad actual.
¿Qué es el Jubileo?
El término “jubileo” proviene de “júbilo”, un momento de alegría y renovación. Como explicó Monseñor Torres, sus orígenes se remontan al Antiguo Testamento, cuando el pueblo hebreo celebraba años jubilares cada 50 años. Estos años eran tiempos de reconciliación, en los que se perdonaban deudas, se liberaban esclavos y se ordenaba la vida según los preceptos divinos. En palabras del Obispo: “Era como unas vacaciones espirituales, un momento para frenar, barajar y dar de nuevo”.
En la tradición cristiana, el Jubileo adquiere un significado profundo como un tiempo de gracia especial, reconciliación y renovación de la fe. Monseñor Torres destacó que el Jubileo del 2025 invita a “reconocernos peregrinos de esperanza, renovar nuestra fe y reordenar nuestra vida al amor de Dios”.
Un tiempo de gracia y conversión
Inspirado en Lucas 4, el Año Santo encuentra su fundamento en las palabras de Jesús al iniciar su misión pública: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor”. Estas palabras, leídas por Jesús en la sinagoga de Nazaret, conectan con la tradición del jubileo bíblico como un tiempo de liberación, sanación y restauración.
Jesús no solo proclama un mensaje de esperanza, sino que lo encarna a través de su misión, invitando a todos a la conversión y al encuentro con Dios. Monseñor Torres subrayó que este pasaje nos recuerda el llamado a renovar nuestra vida espiritual, dejando atrás las cadenas del pecado y abriéndonos a la gracia divina.
En este contexto, las indulgencias, los actos de conversión y las peregrinaciones juegan un papel fundamental. Sobre las indulgencias, el Obispo aclaró: “Se trata de una invitación a dejar que la gracia de Dios, en comunión con los santos y mártires, nos haga mejores cristianos”.
Templos jubilares y peregrinaciones
En la diócesis de Rafaela, el Jubileo comenzará el 29 de diciembre de 2024 con una celebración en la Catedral San Rafael. Además, se han designado templos jubilares en cada decanato para facilitar la participación de todos los fieles, especialmente aquellos que viven en zonas rurales o distantes.
Jubileo para todos
Monseñor Torres también enfatizó la inclusividad del Jubileo. Se realizarán actividades específicas para distintos grupos, como las familias, la vida por nacer, los jóvenes, los niños, los matrimonios y los ancianos. Una imagen de la Virgen Peregrina recorrerá las comunidades, simbolizando la cercanía de Dios con su pueblo y llevando consuelo a quienes no pueden movilizarse.
Construyendo puentes en una sociedad dividida
En un mundo marcado por las divisiones, el Jubileo del 2025 también es una oportunidad para redescubrirnos como hermanos. “Tapemos las grietas, hagamos puentes y trabajemos por la comunión”, instó Monseñor Torres. Este llamado resuena profundamente en una sociedad que necesita reconciliarse y construir unidad desde el corazón de las familias hasta las comunidades más amplias.
Un camino de esperanza
El Jubileo del 2025 es mucho más que una serie de eventos religiosos. Es un llamado a caminar juntos en la fe, redescubrir nuestra identidad como hijos de Dios y vivir con una esperanza renovada. Como recordó Monseñor: “La esperanza no defrauda porque Jesucristo ha vencido a la muerte y nos invita a una vida plena y eterna”.
En un tiempo de tantas incertidumbres, el Jubileo nos invita a frenar, reflexionar y reordenar nuestra vida hacia lo esencial: el amor de Dios y la comunión con los demás. Un tiempo para ser verdaderos peregrinos de esperanza.