La ciudad de Rafaela cuenta con 4 instituciones privadas en lo que respecta al nivel obligatorio de enseñanza. Una es de gestión privada pero subvencionada prácticamente el ciento por ciento por el Estado y cuyos alumnos solamente abonan una cuota de 2.500 pesos (que podría asemejarse al pago de una cuota de cooperadora en una escuela pública) como es el caso de la Escuela 25 de mayo del barrio Malvinas Argentinas. Además existen otras tres instituciones privadas cuyas cuotas son más altas, pero que también reciben aportes estatales para su funcionamiento. En el caso de las confesionales San José y Misericordia donde las cuotas rondan los 15 mil pesos, mientras que en la Escuela de la Plaza el monto se acerca a los 50 mil pesos. En todos los casos, los sueldos docentes de las escuelas privadas son iguales a los que se pagan en la escuela pública.
Las privadas no hacen paro
Ya es tradición en Rafaela, que ante el paro docente determinado por el gremio Sadop, que nuclea a los maestros privados (que también lleva a cabo AMSAFE de los docentes públicos), las escuelas privadas no adhieran a las medidas de fuerza (salvo la Escuela 25 de mayo). Por lo que la pregunta es por qué sucede esto si las condiciones salariales y laborales suelen ser iguales en todos los casos. Esta pregunta, RAFAELA NOTICIAS la trasladó al Secretario General de Sadop Pedro Bayúgar que señaló: "Hay escuelas y docentes que muchas veces no creen conducente la medida de fuerza y no la acatan. Lo único que nos molesta es que con nuestra lucha ellos se benefician y tienen igual que nosotros la misma reivindicación salarial, la misma mejora salarial". El gremialista señaló que muchas veces los docentes de las instituciones privadas "sufren presiones" por parte del empleador para que no hagan paro. O bien el empleador, cuando un docente realiza un paro, contrata a un reemplazante que cubra su lugar durante la medida de fuerza. Bayúgar recordó que esto es ilegal: "De acuerdo al contrato de reemplazo se debe contratar un reemplazante para sustituir a un titular en uso de licencia legítima, y en este caso no hay ninguna licencia, sino que se trata de un paro, así que no hay reemplazante como tal. Es un contratado trucho, en negro, que va a trabajar para cubrir las aspiraciones del empleador de que en la escuela haya clases". Bayúgar, agregó que a muchos docentes de las escuelas privadas al ingresar a trabajar a los establecimientos "les dicen 'en esta escuela no se hace paro' o 'si vos parás te despedimos'. A otros les impiden la afiliación al gremio. Impiden de cualquier forma no sólo la defensa de los derechos de los trabajadores, sino también la participación de los trabajadores. A veces esas cosas son aplaudidas por los padres y otras veces éstos no tienen la menor idea de que esto pasa y lo único que quieren es que sus hijos vayan a clases; y si aprenden o no aprenden es secundario". El titular de Sadop manifestó que el dueño de un establecimiento privado "se beneficia - si no hay paro- con el hecho de que el padre diga que en la escuela privada no hay paro que por eso paga la cuota". Y disparó: "Son cosas que suceden en algunos establecimientos educativos que pretenden ser de clase alta, pero que no lo son. Clase alta podrían ser los ciudadanos que mandan sus hijos al Belgrano High School que pagan 5 mil dólares por mes, donde qué reivindicación le puedo plantear - desde el gremio - a los docentes si no están cobrando el salario por el cual nosotros estamos luchando, sino que cobran mucho más. Con este tipo de colegio no se puede comparar ni el Misericordia, ni el San José". Bayúgar además reconoció que en Rafaela, "tradicionalmente la militancia gremial ha sido más difícil", de ahí que cueste más la adhesión al paro, pero "no es que los docentes privados de Rafaela cobren más o vivan una vida privilegiada". "Aún así el miércoles pasado salió un colectivo de docentes privados lleno para venir a la movilización a Santa Fe", manifestó el gremialista.
¿Esta bien que los colegios privados reciban subsidios del Estado?
La pregunta anterior fue realizada a Bayúgar, el cual respondió que "el subsidio como tal no me parece mal, en tanto y en cuanto tiene un objetivo que no siempre se cumple que es que los padres puedan elegir para su hijos una escuela confesional (por ejemplo) independientemente de su economía familiar. Entonces el Estado para respetar ese principio subsidia a las escuelas que tienen un proyecto de ese tipo u otro en particular. Lo que no me parece bien es que se aporten recursos del Estado para que hagan negocio". Bayúgar señaló que la actual "Ley de Enseñanza Privada en la provincia data del gobierno de Onganía y no se ha podido modificar por más intentos que hubo. Esa norma permite que haya sociedades comerciales a cargo de escuelas y no es tan exigente en cuanto a los requisitos para ser propietarios. Además, la realidad- algo que tiene que ver con lo político y no con lo legal- es que el Servicio Provincial de Enseñanza Privada -que es el organismo que debería controlar a todas las escuelas privadas- lo único que hace y muy por encima es la supervisión pedagógica, pero el control administrativo, económico y demás no lo hace ni por casualidad. Al punto tal de que hay muchas escuelas que los propietarios han desaparecido, o son de congregaciones religiosas que ya no existen, y las escuelas siguen funcionando. Y el Estado sigue subvencionando al establecimiento como si el origen que dio lugar al subsidio seguiría existiendo", expresó el gremialista. Y puso como ejemplo lo que pasa con la escuela Santa Marta de Pilar (departamento Las Colonias) que era de una congregación religiosa que ya no está más en la Argentina, sin embargo el subsidio del Estado sigue. "Como ésta, hay situaciones mucho peores", concluyó el entrevistado.