Cuando el fastidio y la frustración parecían coronar una nueva actuación del equipo en barrio Alberdi y los reproches se habían instalado en todo el Monumental, un gol de Lucas Albertengo en el último instante del partido le dio la victoria a Atlético de Rafaela ante Defensores Unidos de Zárate y apagó el previsible "incendio" en los ánimos de los aficionados, que se fueron cantando la esperanza de una recuperación para la que el triunfo de esta noche de sábado era fundamental.

No jugó bien Atlético e incluso es discutible si merecía o no el triunfo, aunque el que más lo buscó. Lo necesitaba, lo quiso, se aferró a la esperanza y eso fue su mayor mérito, aunque futbolísticamente haya mostrado muy poco. Pero luego de tantas malas, de todo el infortunio con que transitó la primera parte de la temporada, un triunfo agónico, con el tiro del final, convertido por el principal estandarte futbolístico que tiene el equipo, que no es otro que Lucas Albertengo, bien vale el desahogo desenfrenado con que se celebró la victoria.

Fue también el primer triunfo en el ciclo de Ricardo Pancaldo, que había acumulado hasta ahora tres derrotas y un empate. Y le permite sumar de a tres al elenco rafaelino después de 10 de partidos, casi tres meses interminables en los que quedó navegando en el fondo de la Zona B de la Primera Nacional. El próximo rival será Atlanta, en condición de visitante.