El reclamo resultó de parte del sector de productores que responde a Autoconvocados que, por razones de peso manifiestas, quisieron hacer conocer su disconformidad a la actual gestión de gobierno. Discrepancia avalada desde el sector agropecuario y de una gran parte de la sociedad que, sin dudas lo expresó libremente dando un color especial a la manifestación a través de su significativo acompañamiento espontáneo.  Los argentinos reaccionaron de este modo frente a otro inapropiado anuncio oficial respecto a nuevos impuestos, nuevas presiones impositivas que terminan de eliminar cualquier deseo de producir en el país.

Claramente ni la cultura del trabajo ni generar recursos genuinos son objetivos de la actual gestión, es más son omisiones que generan vacíos cada vez más visibles. ¿No será imprescindible empezar a incluirlos actualmente en medio de esta crisis socio-económica-financiera que sufrimos?

Otro dato para la reflexión lo dio el aprovechamiento de la convocatoria en el espacio público en el que la política partidaria tuvo protagonismo y que sin dudas, se vio beneficiada por estas circunstancias.

En asamblea de CRA, todo el movimiento confederado, productores institucionalizados, había votado democráticamente semanas antes la no participación en la marcha con la convicción que hasta el momento este tipo de estrategias de reclamo no obtienen los resultados esperados. Hace años que la Plaza de Mayo, rutas, y otros lugares representativos convocan a los ciudadanos en pos de que se atiendan las acuciantes necesidades…y aún esperamos respuestas concretas.

Quizás sea momento de poner en valor este ejercicio democrático y replantear lo que significan y cómo deberían consolidarse las manifestaciones junto con la participación consecuente en las gestiones y en la institucionalización de los reclamos.

Creemos que es el momento de transformar el modo de participar anteponiendo la grandeza de la PATRIA y el BIEN COMÚN.