En el contexto de pandemia y confinamiento que ya hace más de un año y medio que estamos atravesando, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los niveles de estrés y ansiedad han aumentado y los más pequeños no quedaron exentos. Por dicho motivo surge la necesidad de buscar nuevas formas para relajarse y desestresarse en casa. Y el Pot It es un claro ejemplo de esto.
Denise, es psicóloga, se dedica a la parte infantil y trabaja con niños desde el año 2010 en el instituto GLIA. Trata patologías severas como autismo, cuestiones que tengan que ver con problemas de conducta y demás aspectos que puedan ser abarcados con la terapia conductiva-conductual. Además tiene una especialización en neuropsicología donde trabaja con niños, adolescentes y adultos.
Muchos niños asisten al consultorio de manera anual ya que tienen un proyecto de discapacidad, en donde comienzan un tratamiento y continúan hasta fin de año. Denise explica que el año pasado con el aislamiento las terapias se llevaron a cabo de manera virtual, por lo cual hubo un retroceso en los avances que habían logrado los niños y que además ex pacientes que ya tenían el alta, volvieron con problemas de ansiedad, pánico y estrés.
Estos estados se ven reflejados de diferentes maneras:
-Niños que habían controlado esfínteres y volvieron a tener problemas que se relacionan con la enuresis.
-Problemas con las rutinas del sueño.
-Dolores somáticos (de estómago, de cuello, de cabeza).
-Mayor irritabilidad: reacciones violentas frente a situaciones que no se lo merecen, llantos por ejemplo por tener que poner un plato en la mesa o tener que bañarse.
-Pérdida del apetito.
Sin embargo, los niños son los que mejor se han adaptado a esta situación. Se han quedado encerrados, sin escuelas, sin amigos, sin cumpleaños, sin el club y absorbiendo incluso todo lo que veían en la TV. Adquirieron mejor los hábitos del lavado de manos, del distanciamiento, del uso del barbijo que los adultos, los cuales tuvieron la posibilidad de continuar con parte de su rutina, por ejemplo ir a trabajar.
“Uno como adulto puede decir ‘estoy nervioso, ansioso porque no puedo ir a tal lugar’, los niños no lo pueden decir así, entonces lo manifiestan a través de síntomas”.
Pot It, Spiner: Juguetes sensoriales desestresantes
Estos tipos de juguetes son anti-estrés pero su funcionalidad es concentrar.
El objetivo es lograr que el cerebro se organice, se ordene y se regularice a través de un juego, sobre todo en aquellos niños con patologías como hiperactividad, TDH, autismo o alguna discapacidad sensorial y que resulta necesario reorganizarlos y reestructurarlos frente a una prueba, un examen, o permanecer sentados mucho tiempo.
El Pot It es un juguete manual, se puede estrujar, apretar y tiene mucho que ver con lo visual, existen de distintas formas, colores y genera una sensación táctil y sensorial que provoca el descenso de la ansiedad y el estrés frente a distintas situaciones.
Si bien están pensados para niños, no tienen límite de edad, cualquier objeto que provoque una descarga lo puede utilizar un adulto.
Para finalizar, aclara que “un juguete puede ayudar, pero no va a curar la ansiedad, el estrés, o algo grave, son juguetes anti-estrés de ayuda, no de solución, por eso es importante consultar con profesionales idóneos”.
