Hablar de salud mental infantil es más que una necesidad, es un compromiso que involucra a las familias, las escuelas y la sociedad en su conjunto. En una reciente entrevista con Rafaela Noticias, la psicóloga Virginia Gariglio abordó este tema crucial, destacando el impacto positivo que tiene la concientización temprana sobre el bienestar emocional de los niños y sus familias.

Concientización temprana: un impacto positivo

“Hablar de salud mental desde que los niños son pequeños habilita espacios de escucha y debate sobre cómo expresar las emociones”, afirmó Gariglio. Explicar a los niños cómo reconocer y comunicar sus emociones no solo los beneficia a ellos, sino también a sus familias. “Es importante saber hablar o pedir ayuda cuando estamos agotados o enojados, no solo compartir cuando estamos contentos”, agregó.

Señales de alerta en los niños

Detectar que un niño necesita apoyo emocional puede ser un desafío, ya que muchas veces las emociones se manifiestan a través de síntomas físicos o cambios en el comportamiento. “Por ejemplo, un dolor de panza, dolores de cabeza, o una falta de interés en actividades que antes disfrutaban pueden ser indicios de que algo está ocurriendo”, explicó la especialista. Además, eventos como mudanzas o cambios escolares también pueden generar movimientos internos en los niños que es importante atender.

El rol fundamental de los padres y las escuelas

La psicóloga destacó que los padres deben ser ejemplos en la gestión emocional: “No le podemos pedir a un niño que exprese sus emociones si nosotros como adultos no lo hacemos”. Por eso, recomendó abrir espacios de diálogo en el ámbito familiar y fomentar actividades como el deporte o el arte para ayudar a canalizar emociones.

Por otro lado, enfatizó la importancia de los espacios educativos: “La escuela es el principal ámbito educativo, permite a los niños socializar, aprender normas y regular ciertas conductas”. Asimismo, docentes y profesores pueden convertirse en figuras de confianza para los niños.

Cuándo consultar a un profesional

Según Gariglio, es momento de buscar ayuda profesional cuando los esfuerzos familiares por abordar el problema no resultan efectivos. “Si el niño no se anima o no puede comunicar lo que le pasa, un profesional puede brindar una mirada externa para ayudar”, señaló.

La importancia de frenar y descansar

En esta época del año, el estrés y el cansancio también afectan a los niños. “Los chicos absorben lo que el adulto muestra. Si nosotros no frenamos, ellos tampoco lo harán”, advirtió. Por ello, recomendó generar espacios de descanso y enseñarles a los niños que es posible detenerse para recargar energías.

Un compromiso de todos

La salud mental infantil no es solo responsabilidad de las familias, sino también de la sociedad en su conjunto. Como reflexionó Gariglio, “Es fundamental revisarnos como adultos, aprender a manejar nuestras emociones y darles a los niños las herramientas necesarias para que también puedan hacerlo”. Promover el bienestar emocional desde la infancia es una inversión en un futuro más saludable y equilibrado.