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Salud

La comida para gestionar emociones, una problemática a largo plazo

Rafaela Noticias, dialogó con la nutricionista Carolina
Rossetton, y con las psicólogas Magdalena Passon y Elena Almeida, quienes profundizaron sobre el comer emocional, en que consiste esta conducta, como repercute en nuestra salud y sus posibles soluciones.

¿Alguna vez te ocurrió de sentirte ansioso, enojado, triste y recurrir a la comida para sentirte mejor? ¿O comer cuando ya superaste los límites de la saciedad? 

 

Si tu respuesta es “sí”, entonces experimentaste lo que se conoce como “Comer Emocional”.

Rafaela Noticias dialogó sobre dicho tema con la nutricionista Carolina Rossetton, y con las psicólogas Magdalena Passon y Elena Almeida.

¿Qué es el comer emocional?

“El comer emocional tiene que ver con el uso del alimento para gestionar emociones, a estas emocionas las tapamos usando la comida y pueden ser emociones tanto positivas como negativas”. Expresó la licenciada Passon.

Es decir, recurrimos a la comida para reducir la intensidad de dichos sentimientos o emociones.

Damos solución momentánea a la cuestión emocional, no las estamos atravesando de manera correcta. 

Este tipo de hambre aparece de repente, frente a un alimento específico y comemos de manera compulsivo, esto es lo que lo diferencia del hambre físico.

“No somos conscientes de esto que nos está pasando, no es que nos damos cuenta de que estamos comiendo de manera emocional o por hambre física o real” aclaró Magdalena. 

¿Cómo repercute en nuestra salud? 

Usar a la comida como herramienta para gestionar las emociones se termina convirtiendo en una problemática.

A nivel emocional puede traer aparejados sentimientos de culpa, de insatisfacción con uno mismo. 

Asimismo, siguen apareciendo las emociones negativas, no damos respuesta a ninguna emoción.

A nivel físico, esta conducta se asocia al sobre peso y a la obesidad ya que es una conducta que tiende a llevarnos a una sobre ingesta constante de alimentos, especialmente de alimentos calóricos y alimentos no tan saludables”. aclaró Carolina.

“La ingesta emocional, determina lo que conocemos como “picoteo”, que consiste en la ingesta que ocurre de manera repentina, es un tipo de ingesta que no registramos, que por lo general nos ocurre atravesando una emoción o puede ser que estemos haciendo otra cosa, ya sea trabajando, estudiando”. Aclaró Carolina.

¿Cuáles son los alimentos que solemos elegir?

Estos alimentos son los más calóricos, “principalmente aquellos que están compuestos por lo que se conoce como la matriz grasa, sodio y azúcares, que son nutrientes que primero le otorgan una alta palatabilidad al alimento, esto es lo que de alguna manera activa un sistema de recompensa donde se obtiene este placer con la comida”. Explicó la licenciada en nutrición.

Este tipo de alimentos funcionan como precursores de neurotransmisores, entre ellos la dopamina, la serotonina, que forman parte de un circuito neuronal de bienestar.

¿Cómo podemos contrarrestar esta conducta?

La licenciada en psicología, Magdalena Passon, recomienda hacer un registro interno, comenzar a notar cuando sentimos esa hambre emocional para poder detectar cuáles son sus activadores y así poder darle una solución. 

“Si vemos que no lo podemos resolver, es necesario pedir ayuda a un profesional”. Agregó.

Desde el aspecto alimenticio, Carolina explicó que es importante la calidad de los alimentos que consumimos ya que estos influyen en nuestro estado de ánimo y en los niveles de energía. Existen alimentos que poseen la capacidad de formar parte de las membranas neuronales, por ejemplo, las grasas poliinsaturadas que se encuentran en los frutos secos, en las semillas, pescados de mar, aceites. Otros alimentos que ayudan a regular es estado anímico son las bananas, el chocolate amargo 70% cacao.

“Lo primero que se puede hacer es, ordenar las comidas, tener una frecuencia regular de la ingesta diaria, ya que si pasamos mucho tiempo sin comer y aparece una emoción y no sabemos cómo resolverla, es mucho más probable terminar teniendo una ingesta emocional”. Agregó

Otra manera de ayudar a regular la alimentación es la actividad física, la cual ayuda como descarga.

Carolina Rossetton, Magdalena Passon y Elena Almeida forman parte de un equipo que trabaja con la salud alimentaria de manera integral junto a otros profesionales de distintas áreas, entre ellas, médica, de kinesiología y el área de actividad física. 

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