Argentina enfrenta una seria alerta sanitaria debido a un brote de la bacteria Streptococcus pyogenes, también conocida como Estreptococo del Grupo A, que ha cobrado la vida de 64 personas en lo que va de 2023. Esta bacteria puede causar una amplia gama de enfermedades, desde faringitis hasta infecciones graves potencialmente mortales. La propagación de la infección ha sido especialmente notoria entre niños y niñas.
En comparación con el año pasado, cuando se registraron solo 75 casos en todo el país, el brote de este año ha sido devastador. Lamentablemente, en el último mes, el Ministerio de Salud de la Nación no ha proporcionado datos actualizados sobre las infecciones por Streptococcus pyogenes. Sin embargo, el Ministerio de Salud de Salta, donde se han registrado dos de las últimas víctimas fatales, ha informado que en todo el país se han notificado 382 casos a través del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud, lo que representa un aumento del 409%.
De los 382 casos confirmados, 64 pacientes han perdido la vida en 2023. Es importante destacar que la mayoría de las víctimas eran niños, y el 80% de los casos involucraban a menores de 9 años. Salta, una provincia en el norte de Argentina, ha sido uno de los epicentros de este brote.
En la provincia de La Pampa, se han notificado 10 casos, de los cuales 4 afectaron a personas mayores de 65 años y otros 4 a menores de 10 años. Dos de estos pacientes lamentablemente fallecieron. Según el médico infectólogo Javier Farina, miembro de la comisión Infecciones asociadas al cuidado de la salud de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), este año ha habido un brote de infecciones invasivas por Streptococcus Pyogenes en el país, aunque es probable que los años anteriores haya habido subnotificación de casos.
Este aumento en los casos de Streptococcus pyogenes no se limita a Argentina, ya que varios países europeos también han reportado un aumento en la incidencia de esta infección. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado la posible relación entre el aumento de casos y la circulación de virus respiratorios, lo que podría aumentar el riesgo de coinfecciones virales y complicaciones.
La falta de una vacuna disponible contra esta bacteria ha llevado a la OMS a enfatizar la importancia de investigar y desarrollar inmunizaciones específicas contra el Streptococcus pyogenes.
Los síntomas de la infección incluyen fiebre, dolor al tragar, amígdalas inflamadas y enrojecidas, placas de pus en las amígdalas, y, en casos graves, sepsis. El tratamiento con antibióticos, como la penicilina o la amoxicilina, es efectivo para controlar la infección.
La transmisión del Streptococcus pyogenes ocurre mediante el contacto cercano con una persona infectada y puede propagarse a través de la tos, los estornudos o el contacto con una herida. El período de incubación varía de 1 a 3 días. Se aconseja evitar la automedicación con antibióticos y buscar atención médica temprana si se presentan síntomas.
Para prevenir la propagación de la infección, se recomienda mantener una buena higiene personal, lavarse las manos con frecuencia, cubrir las heridas con apósitos estériles impermeables y mantener la limpieza de los espacios, incluyendo juguetes, baños y alfombras. La detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales para reducir el riesgo de complicaciones.