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Provinciales

Que el año 2022 vuelva a activar las obras

En Rafaela y a pesar de las promesas, la obra pública tuvo frenos puntuales y muy visibles. Quizá los buenos deseos para el próximo año recuperen los trabajos pendientes.

Cuando en septiembre las elecciones primarias fueron adversas para el signo político del gobierno local, provincial y nacional, la promesa de obra pública, los actos de gobierno se intensificaron como nunca antes y hasta el momento de estas gestiones. Los rafaelinos llegamos a recibir tres pliegos de una suerte de publicación oficial en la que con el nombre del candidato local para el Concejo Municipal por todos los rincones se nos prometía una avalancha de acciones que al momento no dan indicios de inicio.

Entre tantas otras cosas se prometía la construcción de viviendas antes de fin de año y se elevaba la importancia de la Ruta 34 y su transformación, esa que se va inaugurando de a cuatro kilómetros, o al menos hasta antes de mediados de noviembre se hacía.

Los comicios legislativos confirmaron la tendencia y así hubo trabajos hechos con que no continuaron, al menos hasta este momento.

Fue sobre finales de octubre que el ensanchamiento de la avenida Luis Fanti recibió la última visita del intendente Luis Castellano, cuando se iniciaba la obra, después de haber sido licitada en agosto cuando Omar Perotti decía “toda la ciudad, todos los vecinos, toda la región merecían esta obra mucho tiempo antes. Pasaron 12 largos años desde la interrupción de aquel proceso de ampliación de esta avenida y lo estamos haciendo hoy con un convenio de Vialidad, con el Corredor”.

Fue en noviembre cuando se hicieron los últimos movimientos desde la intersección con la avenida Podio y hacia el oeste. Están actualmente ahí los tambores que advierten sobre lo que es el ensanchamiento y el nuevo asfalto. Eso se prolonga hasta el frente del Cementerio, pero sin obra en marcha por parte de Cospavc que fue la adjudicataria, luego de una oferta de casi 80 millones de pesos, para un plazo de nueve meses que está vigente.

Llamativo es que en el cartel indicativo de la obra que está instalado frente al Cementerio Municipal, no se hace referencia ni a la concesionaria de los trabajos, ni el presupuesto y mucho menos se deja sentada la fecha de inicio y el plazo del desarrollo.

El mayor inconveniente se presenta más adelante, ya en lo que los vecinos de Rafaela conocen como el inicio de la Ruta 70 Oeste. Con una luminaria caída en la banquina norte, frente al ingreso a una distribuidora de bebidas comienza a presentarse una situación que preocupa a quienes utilizan a diario el trayecto hacia el oeste del Departamento, pero también los que lo hacen ocasionalmente.

En lo que es el límite actual para las viviendas en la ciudad, desde la calle Santos Dumont, hay unos 500 metros de la calzada tal como estaba, muy deteriorada, pero que permite circular, sin embargo un tramo similar hasta el camino que corre hasta el costado del Círculo Rafaelino de Rugby, tiene un escarificado en la calzada que dificulta el tránsito y son muchos los que circulan por la banquina de tierra para evitar dañar los vehículos.

En una conexión para cruzar la futura autovía, también detenida, la circulación se hace por tramos de ripio muy deteriorado y con tan sólo dos arreglos en meses. Señalización precaria y pozos son los que llevan al otro lado de lo que a futuro será un puente y allí si se puede transitar por los nueve kilómetros de repavimentado que se hizo sobre la Ruta 70 hasta la Ruta 13.

Los entendidos hablan de ondulaciones en esa calzada, sin embargo, los que simplemente pretenden un mínimo nivel de seguridad para la circulación celebran que se haya terminado la demarcación de la ruta y que las banquinas permitan detenerse, en caso de necesitarlo.

Lo que no tiene explicación oficial en medio de tanto silencio es por qué no tiene continuidad la intersección de ambas obras.

En concreto, hace más de dos meses que la situación de las rutas 34 y 70 en Rafaela están en similares condiciones, o peor aún, los que recorren el trayecto de la futura circunvalación de la ciudad hablan de pastizales que crecen, del deterioro a lo largo del trayecto que empezó a desarrollarse en 2017 y que ingresará en su quinto año para esperar definir el desvío de tránsito pesado para una de las rutas más importantes del sur del continente. La reducción de los frentes de obra, los cambios en la planificación, pero también la ambición política por apurar un tramo fundamental para la región que se viene gestionando desde 2008, hacen que cada mes que pasa se sienta más largo que lo que indica el calendario.

Pese a las promesas de noviembre y con comicios adversos para los oficialismos, todas las obras públicas que estaban activas en Rafaela han tenido un deterioro en su avance. Los vecinos de cada rincón son los que lo advierten, porque son ellos los que cuentan los días en lo que ven de forma cotidiana. La expectativa es que con el paso de las fiestas, que con las secuencias de recesos de los trabajadores concluidas, se puedan encaminar de mejor manera estos trabajos que se presentaran como fundamentales para el desarrollo de la ciudad y hoy sólo parecen ser un cúmulo de días.

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