El lunes, a última hora de la tarde, desconocidos ingresaron al histórico convento de San Francisco ubicado en el Barrio Sur, forzaron una de las antiguas puertas de una galería y accedieron al economato. Se llevaron una caja con 37 mil pesos en efectivo.
Ayer, a las 10, el ecónomo de la orden de los franciscanos en Santa Fe, fray Jorge Julio Espetich, de 72 años, observó el faltante, lo comunicó a sus superiores franciscanos y posteriormente realizó la denuncia en la sede de la Comisaría 1ª de la ciudad de Santa Fe.
Diario UNO de Santa Fe mantuvo un diálogo exclusivo con fray Espetich, responsable del economato de la Orden de los Franciscanos en Santa Fe, para conocer el detalle el suceso.
—¿Puede usted contarnos cómo se dio cuenta del faltante de los 37 mil pesos en efectivo?
—Otro fray me dijo que las plantas que están ubicadas sobre el pasillo adonde funciona el economato estaban como pisadas, y cuando me fijé me llamó la atención porque estaban quebradas; después ingresé a la administración donde tengo un escritorio y realizo las labores administrativas y observé que la puerta estaba forzada desde afuera hacia adentro, y había algunas huellas de pisadas que evidenciaban el ingreso de personas, además de los daños observables sobre la cerradura de la puerta de madera.
—¿Ahí fue cuando se dio cuenta del faltante de dinero?
—No, en realidad ése fue el principio de todo, porque a partir de esa situación es que yo comencé a darme cuenta que había cosas que no estaban en su lugar y yo soy muy prolijo en la ubicación de mis cosas, y más aun si estamos hablando del lugar donde se lleva toda la administración del convento.
“Luego, recorrí los distintos espacios que tiene la habitación y amargamente me di cuenta que en el lugar en el que guardaba todo el dinero, éste ya no estaba, se lo habían llevado. Se robaron 37 mil pesos en efectivo, que eran todos los ahorros que estaban guardados.
—¿Cuándo usted estima que fue cometido el robo?
—Recordé todas las actividades que realicé el lunes por la tarde, como estar con el contador que me entregó un recibo de un pago, haber acomodado el escritorio y toda la papelería que se lleva ordinariamente en el economato, y después salí y cerré la puerta con llave, como siempre.
“Pero ayer por la mañana, como le dije al principio, me encontré con otro de los hermanos y me dijo que las plantas que dan a la galería del economato estaban como pisadas, entonces ingresé y me encontré con la novedad, que inmediatamente se la informé a los superiores del convento.
—¿Realizaron la denuncia policial por esta sustracción?
—Sí, fui yo personalmente hasta la Comisaría 1ª de Santa Fe, y denuncié todo el suceso con detalles de lo acontecido, y la verdad es que fui muy bien atendido, y brindé toda la información que ellos me solicitaron para la investigación.
“Los policías que me atendieron me dijeron que se encargarían de la investigación del caso, y además me consultaron por los movimientos permanentes que existen a diario en el museo, la iglesia y en la vida diaria del convento, para tener una noción de cómo se produjo esta sustracción, así que ahora estamos expectantes respecto de los resultados de la investigación policial sobre este caso”.