La ciudad parece estar atravesando otro pico de inseguridad en estas últimas semanas, con algunos delitos cuya modalidad va mutando, pero que muestran algunas características comunes: se producen a cualquier hora del día y con el objetivo, por parte de los delincuentes, de hacerse con un botín que sea fácilmente convertible en pesos.
Por lo menos media docena de casos de "entraderas" han sido motivo de suma preocupación. La situación más seria la vivió el empresario Luciano Beninca, a quien dos delincuentes -que ahora se encuentran cumpliendo prisión preventiva, tras haber sido llevados a audiencias públicas por el MPA- le sustrajeron 4 millones de pesos desde su camioneta, luego de haber seguido sus movimientos desde la zona bancaria.
Pero hubo otros casos sonados. El vecino Pablo Possetto, que vive en Alamos del Aero Club, contó a RAFAELA NOTICIAS la traumatizante experiencia de haber sufrido un robo importante en su casa en plena luz del día. Y algo similar le pasó a un vecino del barrio Ilolay, que se comunicó con nuestra redacción para plantear que también fue víctima de un hecho similar: "suceden estos robos a plena luz del día", dijo. "Entraron por la ventana del frente de la casa a las 2 de la tarde del jueves. Evidentemente me estaban controlando, porque se mandaron cuando salimos a caminar un rato con mi pareja", contó la víctima. Le sustrajeron una notebook nueva, con poco más de un mes de uso; un bajo eléctrico; dos mochilas, zapatillas, documentación, alhajas, herramientas, y una garrafa de 15 kilos.
En la madrugada del domingo, una vecina de calle Almafuerte despertó al escuchar ruidos y observar una luz encendida en su casa, encontrándose con la sorpresa de que un delincuente estaba dentro de su habitación. El sujeto se llevó una computadora y otro dispositivo electrónico, pero la mujer quedó horrorizada por la situación que le tocó vivir.
Más testimonios
Otro testimonio, en este caso de una vecina del Amancay: "a mi me entraron como si nada por el patio. Por tercera vez me robaron la garrafa, pero también me sacaron ropa que había colgada en el tender. Y el sábado me volvieron a entrar, esta vez para sacrme una frazada y un par de zapatillas de la nena, es increíble que esté pasando esto".
En la misma zona, pero en calle Santos Dumont, en el Alamos del Aero Club, otra mujer denunció que le ingresaron a la casa tras romper las ventanas y el vidrio de una puerta ventana. Se llevaron cosas de valor. A esa modalidad se la denomina "escruche": los ladrones entran en ausencia momentánea de los moradores. ¿Horario del escruche en ese lugar? Fue a las 13, cuando la mujer fue a llevar a sus chicos a la escuela.
Hay más, por supuesto: "vivo en el 2 de Abril, rompieron la puerta del frente de mi casa, me robaron la bicicleta, y la policía me dijo que agradezca que no me llevaron la moto. Me dicen también que las bicis no las recuperan. ¿Adónde van a parar todas las bicicletas que se roban?".
Y sigue la lista: un vecino contó a RAFAELA NOTICIAS/BIEN DESPIERTOS que nació en Rafaela pero luego se fue a vivir a Buenos Aires por muchos años. La inseguridad lo hizo volver a sus orígenes: desde hace seis meses volvió a radicarse en Rafaela, donde aún tenía familiares. Eduardo contó que "hace tres semanas entraron a nuestra casa en barrio 9 de Julio, se llevaron dos computadoras, un televisor, ropa, objetos varios y una muy importante suma de dinero. El ladrón resultó ser un adicto que había realizado varias changas en casa. Terminamos siendo nosotros los que descubrimos quién nos había robado: lo encontramos con una mochila que era nuestra. Este muchacho recuperó la libertad a la madrugada siguiente y ese mismo día nos devolvió una de las computadoras pero dijo que no se acordaba de qué había hecho con el dinero y los otros efectos sustraídos, porque 'no se acordaba' de nada".
Como para completar la mala experiencia, a Eduardo -que vive a una cuadra de Bv. Roca- le forzaron la puerta del auto y luego de buscar cosas de valor, se llevaron una aspiradora y una linterna. "Ni me molesté en hacer la denuncia: ahora le puse alarma al auto".
Peor le fue a José, que tiene un Peugeot 208: a él le sacaron la rueda auxiliar del coche, uno de los tantos que en estos días ha sufrido el mismo tipo de robo. Y a un trabajador de IMAI le sacaron la batería de su auto mientras trabajaba: para ello, rompieron la parrilla del coche y forzaron la apertura del capot. Ahora, el hombre cada vez que entra a trabajar baja ....sí, con la batería abajo del brazo.
Arrebatos y robos de ruedas
También la modalidad de los arrebatos y asaltos en la vía pública se reinició con fuerza. La semana pasada un muchacho fue abordado en avenida Brasil y se trabó en lucha con el delincuente. "La sacó barata: no lo hirieron y no pudieron robarle", dijo su madre. Sí, la sacó barata.
Los robos de bicicleta están al orden del día: todos los días se roban entre 3 y 5 bicicletas. Y entre 2 y 3 motos. También hay robos de ruedas de motocicletas, como lo mostró RAFAELA NOTICIAS en un video viralizado.
El sábado a la noche, en un evento que se realizó en el Hongo del club Ferro, con la presencia del exfutbolista Ariel "Burrito" Ortega, un hincha de River que concurrió al encuentro sufrió el robo de una moto Corven que había dejado estacionada en las afueras del predio.
En las escuelas los robos de bicicletas son cosas de todos los días. En algunos establecimientos se buscó cambiar el lugar de instalación de los bicicleteros, o se invierte en colocar cámaras, pero nada parece detener a los delincuentes. Incluso el simple trámite de llegar a casa luego de una jornada de trabajo puede exigir tomar precauciones que parecían impensada hasta hace poco tiempo y sólo reservadas a las zonas más "calientes" de las grandes ciudades: en Salta al 400, hace menos de diez días una mujer fue sorprendida por un delincuente cuando intentaba ingresar con su moto a su casa y fue despojada del vehículo por la fuerza.
Todo este panorama, que se completa con una enorme cantidad de hechos menores que no se denuncian porque los vecinos son escépticos ante los resultados de esas denuncias y la falta de investigaciones sobre los episodios menores, están generando una preocupante sensación de "sálvese quien pueda".