Rafaela sigue sumida en una ola de inseguridad que no da tregua. Ya nada detiene a los delincuentes, cada vez más osados. El delito, no está circunscripto a un solo sector de la ciudad o a una franja horaria, sino que cualquiera, en cualquier lugar y momento del día, puede sumarse a las tristes estadísticas.
Una familia, por ejemplo, se encontraba reunida en barrio Villa del Parque, pasando un momento ameno, cuando ladrones aprovecharon una puerta sin medidas de seguridad para ingresar y, en cuestión de segundos, robar el parlante con el que los comensales estaban musicalizando la velada.
En otro hecho, una comerciante de avda. Italia descubrió a un sujeto en el interior del patio del local. Como “pancho por su casa” había ingresado aprovechando un portón abierto. Huyó con algunas botellas.
También se conoció que, en las últimas horas, un ventiluz de reducidas disensiones no fue obstáculo para los malvivientes, quienes ingresaron a una vivienda en el norte de la ciudad para robarse una consola de juegos.
Asimismo, otro ilícito se registró en una finca de calle Montes de Oca. Una vecina dejo su bicicleta en el interior de la vivienda. Pero esto no fue suficiente para detener a un “amigo de lo ajeno”, quien sustrajo el biciclo para luego huir raudamente sin ser atrapado.