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Policiales LA INSEGURIDAD QUE DUELE

Aprendiendo a robar a los 12 años

Dos chicos de esa edad ingresaron a una tienda de ropa ubicada en Av. Italia al 600 y ante un descuido de quien atendía el local se llevaron dos pantalones de un perchero y escaparon corriendo.
Agrandar imagen Tienda robada.
Tienda robada.

En ocasiones la inseguridad preocupa, indigna, enoja o quita el aliento. Pero a veces la inseguridad simplemente duele. Cuando dos chicos de entre 12 y 13 años que deberían estar pensando en jugar, divertirse, hacer las tareas o practicar algún deporte, están pensando en robar, entonces la inseguridad duele. Y entonces nos empezamos a preguntar que les pasó en esa corta vida, en qué fallamos como sociedad, qué no hicimos como Estado y en qué lugar quedó la familia. 

El hecho es casi anecdótico desde lo material pero tremendamente significativo desde lo simbólico. Ocurrió en una tienda de barrio Sarmiento ubicada en avenida Italia al 600 en la tardecita de este viernes. Allí mientras una de las empleadas se ocupaba de la caja, dos “menores”, como se dice en la jerga, pero no cualquier menor, sino dos chicos de entre 12 y 13 años irrumpieron en el comercio abriendo la puerta. Y de un perchero que estaba cerca de la misma se llevaron dos pantalones de dama que se encontraban colgados. En ese momento fue cuando quien atendía el local intentó perseguirlos pero los chicos fueron más rápidos y escaparon corriendo hacia el norte. Posteriormente vino el llamado a la policía de la comisaría primera y la actuación correspondiente de los uniformados en el lugar del hecho. 

No fue una travesura de chicos que roban caramelos porque no tienen plata. Lo planificaron, lo premeditaron, esperaron el momento y actuaron. El propósito era llevarse lo que sea, aún cuando eso signifique pantalones de mujer que no puedan utilizar pero que seguramente entregarán a un adulto o intentarán vender en el barrio.No es un delito más, no es un delito menor, es un delito de los que duele.

La pregunta es si nos vamos a quedar esperando los 6 años que les faltan a estos chicos para que vayan presos por algún otro hecho mayor, si vamos a pedir que se baje la edad de imputabilidad para que terminen en una cárcel común, o si como Estado estamos dispuestos a desarticular la “escuela” de la calle y la delincuencia que ya han comenzado a transitar. Ellos, y seguramente otros de la misma edad o más chicos. La pregunta es si pensamos que todavía estamos a tiempo de hacer algo, o si su destino ya está marcado por más exclusión, más estigmatización y más marginalidad. 

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